Redacción ACI Prensa
Señor de la Divina Misericordia
A pesar de las dificultades para confesarse y acceder a la Eucaristía en tiempos de pandemia de COVID-19, es posible obtener la indulgencia plenaria que se concederá el segundo Domingo de Pascua por la Fiesta de la Divina Misericordia.
En sus apariciones a Santa Faustina Kowalska, Cristo, bajo la devoción del Señor de la Divina Misericordia; aseguró varias gracias a los que se acogieran a su misericordia.
“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas… Que ninguna alma tema acercarse a mí, aunque sus pecados sean como escarlata”, dijo el Señor en una promesa que hizo a la santa polaca en una de sus apariciones místicas.
Más adelante, San Juan Pablo II instituyó oficialmente la indulgencia plenaria para esta fiesta que se celebra el segundo Domingo de Pascua en el “decreto sobre las indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia”, un don que también puede alcanzar a los enfermos y los navegantes en altamar. Este año tendrá lugar el 19 de abril,
La indulgencia plenaria se concede al fiel que participe en actos de piedad realizados en honor de la Divina Misericordia con las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.
El sacerdote del Santuario Nacional de La Divina Misericordia (Estados Unidos), P. Chris Alar, reconoció que por la cuarentena establecida en varios países ante el coronavirus, es muy difícil acceder a la confesión y a la Comunión. Pero aseguró que se pueden recibir las gracias especiales de la Divina Misericordia siguiendo tres pasos.
1. Hacer un acto de contrición
Según el catecismo de la Iglesia Católica, si una persona no puede confesarse, puede realizar un acto de contrición.
“Entre los actos del penitente, la contrición aparece en primer lugar. Es ‘un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar’”, señala el catecismo.
Este acto, aunque perdona los pecados veniales, obtiene el perdón de los mortales si se realiza con “contrición perfecta” y “si comprende la firme resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental”.
2. Realizar la Comunión espiritual
Al no poder acceder a la Sagrada Comunión, el P. Alar aconseja realizar la Comunión espiritual, donde se pide a Dios que entre en el “corazón como si lo hubieras recibido sacramentalmente”, con la intención de acudir a la Eucaristía lo más pronto posible.
Para ello, se puede realizar la siguiente oración:
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el Cielo
y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti.
Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.
Amén
3. Realizar una oración especial
El sacerdote recomienda realizar la siguiente oración:
Señor Jesucristo, Tú prometiste a Santa Faustina que el alma que ha estado en confesión (no puedo, pero hice un acto de contrición) y el alma que recibe la Sagrada Comunión (no puedo, pero hice una Comunión espiritual) recibirá el perdón completo de todos los pecados y castigos. Por favor, Señor Jesucristo, dame esta gracia.
Fuente:www.aciprensa.com
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