La deportista paralímpica Jenna Fesemyer llegó a la Iglesia Católica por casualidad, pero ahora resalta que es gracias a su fe y a su comunidad que ha logrado perseverar en el deporte, que la ha llevado a representar a Estados Unidos en los Juegos Paralímpicos 2020 en Tokio (Japón).
Fesemyer competirá en las carreras de 1.500 metros, 5.000 metros y maratón en la categoría T54, una de varias clasificaciones para personas con problemas de salud que causan discapacidades.
En una entrevista a Catholic Post, el diario de la Diócesis de Peoria (Estados Unidos), la deportista señaló que se siente “muy honrada de poder representar a los Estados Unidos en Tokio este agosto”.
Fesemyer nació en Ravenna, Ohio, sin la cavidad de la cadera y la pierna izquierda por una rara enfermedad congénita que la ha llevado a usar silla de ruedas, algo que no la detuvo de seguir el deporte y ahora competirá en los juegos paralímpicos.
El P. Chase Hilgenbrinck, capellán asistente del St. John’s Catholic Newman Center en la Universidad de Illinois, señaló en una entrevista en 2019 para Catholic Post, que Fesemyer vive “la plenitud de la vida”.
“Mucha gente conoce el lado (atlético) de Jenna, pero es multifacética y una profesional en todo lo que hace”, resaltó.
La deportista fue directora residente de Newman Hall, un hospedaje para estudiantes que es parte del Centro Católico de Newman St. John, pero dejó el puesto durante la primavera de este año para dedicarse a su sueño de lograr la medalla olímpica.
Fesemyer llegó a la fe católica gracias a su descuido a la hora de investigar su residencia universitaria. En 2015, luego de cuatro años estudiando en Southeast High School en Ravenna, la deportista ingresó a la Universidad de Illinois, donde eligió la residencia Newman Hall, sin saber que era parte de un ministerio católico.
“Mi compañero de equipo me lo recomendó porque Newman Hall es muy accesible y está cerca del campus”, señaló en una entrevista en 2019 a Catholic Post. “Esas son las dos cosas que necesitaba, así que elegí Newman Hall, por las comodidades”, agregó.
La deportista junto a su familia eran parte de otra denominación cristiana, por lo que al llegar a la residencia se llevaron una gran sorpresa.
“Cuando llegamos con el carro, vimos sacerdotes y religiosos poniendo cajas en carritos de compras”, indicó. “Mi familia, todos nos miramos y pensamos, ‘¿Qué hicimos?’”, recordó.
Fesemyer señaló que en el segundo semestre una compañera de cuarto y ella participaron en el retiro Koinonia, un fin de semana organizado por Newman Center donde invitan a los estudiantes a descubrir su “por qué” y vivir un momento de esperanza y alivio de la vida en el campus universitario.
“Si recién estás comenzando a explorar tu fe o te preguntas cómo la fe puede encajar en tu experiencia universitaria, ¡este fin de semana es para ti!”, señala el centro en su página web.
La deportista indicó que fue su primera experiencia de adoración y Misa y fue ahí que su curiosidad por la fe católica se encendió, un fuego que se fue alimentando con el sentido de comunidad que experimentó en la residencia.
Es así que en 2017, luego de completar el programa de Iniciación Cristiana para Adultos, entró a la Iglesia Católica en el Domingo de la Divina Misericordia, por ello, esa fecha ocupa “un lugar muy especial” en su corazón.
La deportista es muy cercana a sus hermanos trillizos, David y Cindy Fesemyer, a quienes considera sus “mejores y más verdaderos amigos”, y es gracias a su madre, que fue atleta universitaria y más tarde profesora de gimnasia y entrenadora de secundaria, que heredó su espíritu competitivo.
Fesemyer compite y sobresale en todas las distancias de las carreras en silla de ruedas, desde sprint hasta maratones, y con una prótesis, jugó voleibol, baloncesto y lanzó el disco en la escuela secundaria.
Cuando Ohio abrió su pista estatal para carreras en silla de ruedas, ella se convirtió en una de las mejores, aunque al principio no era de su agrado, y ganó invicta 12 medallas de oro.
“No sabía que esto sería una puerta abierta para entrar a la Universidad de Illinois y, en última instancia, a mi vida como católica”, agregó.
El P. Hilgenbrinck indicó que Fesemyer es “nueva en el catolicismo, pero no es nueva en su amor por Jesús”, y resaltó que ese amor siempre ha estado presente, “ella siempre ha buscado profundizar”.
La deportista indicó que “glorificar a Cristo es lo primero, siempre” y señaló que reza el Rosario mientras participa en las competencias.
“No estaría donde estoy hoy si no mirara a Cristo en mis momentos de necesidad o duda. Cuando nos volvemos a Cristo, nuestras alegrías se multiplican”, remarcó.
Muchas personas la consideran una inspiración, pero Fesemyer tiene “sentimientos encontrados” con la palabra, pues a pesar de apreciar y atesorar los comentarios, ella no se percibe “como diferente”.
“Sé que tengo una discapacidad y me veo diferente, pero prefiero ser una inspiración debido a las adversidades que he superado como atleta, estudiante y directora de la residencia”, agregó.
El P. Hilgenbrinck resaltó que ella tiene “una personalidad realmente contagiosa” y subrayó que es “una evangelizadora, que ha liderado y animando a otros a asistir, al retiro de Koinonia que significó mucho para ella”.
“Es alguien a quien admiran muchas de las mujeres de esta residencia por muchas razones”, agregó.
Fesemyer terminó sus estudios en kinesiología y a fines de agosto de 2019 compitió en los Juegos Parapanamericanos en Lima (Perú), donde se llevó una medalla de oro en los 800m y una de plata en los 400m femenino.
Luego de tres competencias del 17 al 20 de junio de 2021, durante las pruebas paralímpicas por equipos de Estados Unidos en Minneapolis, ella logró clasificar a los Juegos Paralímpicos de Tokio.
La deportista indicó que mucho de su éxito lo debe “al apoyo que he recibido durante mi tiempo en St. John's Newman Center”.
“Se necesita un pueblo para convertirse en una atleta olímpica”, subrayó. “Puedo decir con confianza que mi fe y el apoyo que he recibido del personal y los estudiantes de St. John han sido fundamentales en este viaje”, agregó.
Newman Center indicó en sus redes sociales que los católicos de la Universidad de Illinois son definitivamente sorprendentes y Fesemyer no es la excepción, y animó a unirse en oración por la deportista en este tiempo de competencias.
Etiquetas: Estados Unidos, Olimpiadas, discapacidad, testimonio, conversión, deportistas católicos, Olimpiadas Tokio 2020, Juegos Paralímpicos
Fuente:www.aciprensa.com
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