Pidamos al Beato Carlo Acutis que nos infunda su amor por la Eucaristía, invita Obispo

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

Beato Carlo Acutis. Crédito: Familia Acutis.

El Obispo de Asís, Mons. Domenico Sorrentino, invitó este 12 de octubre, día en que la Iglesia Católica celebra la memoria litúrgica del Beato Carlo Acutis, a pedir que “nos infunda su amor por la Eucaristía, mientras nos preparamos para recibirla bajo su mirada sonriente y alegre”.

Así lo indicó el Prelado durante la celebración de una Misa Solemne en el Santuario del Despojo, lugar en donde se conservan los restos mortales del “ciberapostól de la Eucaristía”.

“Nos encontramos en la memoria litúrgica de Carlo un año después de su beatificación. Lo que aparece ante nuestros ojos es tan impresionante que es difícil explicarlo sin un diseño desde arriba. Dios elige a sus mensajeros. Carlo es un mensajero”, indicó el Prelado.
 
Sobre la figura del joven beato, Mons. Sorrentino señaló que “su figura sencilla y sonriente, su mensaje esencial y la simpatía que inspira se han convertido en un fenómeno mundial”.

Además, el Obispo de Asís resaltó la castidad de Carlo Acutis “¿cómo es posible que un joven que no tenía nada de transgresor y cuya castidad era irreprochable se hiciera tan popular? Hoy en día, si un joven aprecia su castidad se arriesga a que las ‘muecas sarcásticas’ de sus compañeros y los medios de comunicación le obliguen a nadar a contracorriente”.

Asimismo, Mons. Sorrentino señaló que “Carlo habla al corazón de muchos jóvenes” porque “permanece en nosotros una chispa de bondad que Dios sabe reavivar con una nueva llama” por lo que añadió “Carlo es el encendedor de Dios”.

En esta línea, el Prelado explicó que Carlo fue un “testigo de alegría” como lo muestra su rostro en las fotografías “por eso es comprensible que cause impresión en nuestra sociedad, tan probada por la tristeza, la duda, el egoísmo y el culto a la imagen” ya que “a Carlo no le importa su imagen” como repetía “No yo, sino Dios”.

“No hace ningún misterio para ser original y buscar la originalidad, sino la que viene de Dios, porque todos salimos originales de las manos de Dios”, afirmó.


Por último, Mons. Sorrentino destacó la importancia de la Eucaristía en la vida del joven beato “su amor por la Eucaristía tenía el ardor del de San Francisco. Su asistencia diaria a la misa, su apostolado con el despliegue de milagros eucarísticos, son la expresión de un transporte que hizo eucarística toda su existencia”.

También resaltó “su definición de la Eucaristía como ‘la autopista del cielo’ -una imagen infantil, se podría decir, quizás un lenguaje demasiado cotidiano para un gran misterio- esconde en realidad una densidad teológica”.

“Expresa el sentido de la marcha y la velocidad que asume la vida cristiana cuando gira en torno a la Eucaristía. Es el cielo en la tierra”, señaló.


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