POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
Foto referencial. Crédito: Unsplash
El 13 de diciembre la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano publicó el nuevo rito para la institución oficial de los catequistas en la Iglesia Católica.
El rito fue publicado junto a una carta dirigida a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, en la que se precisan los requisitos para ser catequistas y en donde se detalla quiénes no deberían ser admitidos a este ministerio laical.
En el punto I.10, la carta señala lo siguiente: “A los ‘catequistas que realmente sean dignos y estén bien preparados’ el Obispo confía la celebración de los exorcismos menores”.
La Enciclopedia Católica define el exorcismo como “el acto de echar o sacar demonios, o espíritus malignos fuera de las personas, sitios u objetos que son supuestamente poseídos o plagados por ellos, o que son susceptibles de llegar a ser víctimas o instrumentos de su malicia”.
El sitio web de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos publicó hace algunos años una explicación sobre las dos clases o formas de exorcismo que existen en la Iglesia Católica.
“Las formas sencillas o menores de exorcismo se encuentran en dos lugares: primeramente para aquellos que se preparan para el Bautismo, el Rito de la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) y el Ritual para el Bautismo de los niños. Ambos contienen exorcismos; seguidamente, el apéndice del Rito de Exorcismo incluye una serie de oraciones que pueden ser usadas por los fieles”.
Este es el tipo de exorcismo que el Vaticano indica que los catequistas pueden realizar, con la debida autorización del obispo diocesano.
“La segunda clase de exorcismo es la solemne o el ‘exorcismo mayor’, cuyo rito solo puede hacerlo un obispo o un sacerdote; este último ha de tener un permiso especial y expreso del ordinario local (cfr. Código de Derecho Canónico, can. 1172)”, explican los obispos de Estados Unidos.
Este segundo tipo, que es el que comúnmente se conoce solo como exorcismo, no puede ser realizado por ningún laico ni catequista. Es más, tampoco lo puede practicar un sacerdote que no tenga la autorización explícita del obispo.
Los exorcismos mayores no tienen un tiempo determinado de duración y se hacen luego de descartar, con médicos debidamente calificados, cualquier enfermedad psicológica o psiquiátrica en la persona afectada.
Solo se realizan una vez que el sacerdote exorcista tiene la certeza de que hay una posesión demoniaca.
El canon 1172 del Código de Derecho Canónico, las normas que regulan la Iglesia Católica, establece que “sin licencia peculiar y expresa del Ordinario del lugar, nadie puede realizar legítimamente exorcismos sobre los posesos”.
“El Ordinario (obispo) del lugar concederá esta licencia solamente a un presbítero piadoso, docto, prudente y con integridad de vida”, agrega el canon.
El numeral 1673 del Catecismo de la Iglesia Católica precisa que “el exorcismo solemne, llamado ‘el gran exorcismo’ solo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia”.
“El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia”, agrega el texto.
Etiquetas: Vaticano, laicos, Exorcismo, catequistas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, rito, ministerio
Fuente:www.aciprensa.com
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