Redacción ACI Prensa
Imagen referencial. Crédito: Pixabay
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, recordó que este 25 de diciembre la Iglesia convoca a sus hijos a celebrar el nacimiento de Cristo y, por lo tanto, la noche previa es un momento “para la oración”, el encuentro familiar, la fiesta y la alegría.
En una reciente carta, el obispo español explicó que la Nochebuena del 24 de diciembre es la “noche santa en la que la Iglesia convoca a todos sus hijos” para celebrar que “Dios Padre ha enviado a su Hijo al mundo, tomando carne del vientre virginal de María”.
“Ha nacido Niño indefenso en un ambiente de pobreza y de marginación. Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron, no había lugar para ellos en la posada y María dio a luz en un establo, reclinando a su Hijo en las pajas de un pesebre. Allí faltó de todo, y hubo sobreabundancia de amor”, expresó.
En Navidad se celebra “la cercanía de Dios al hombre”. “No podíamos imaginar que Dios pudiera entrar tan adentro de la historia humana. Ha entrado haciéndose hombre, uno de nosotros, sometido a todas las limitaciones humanas, sin pecado. Ha pasado hambre y sed, frío y calor, ha sufrido la fatiga y el desgaste, ha experimentado la humillación y el desprecio, ha muerto por nosotros en la cruz y ha vencido la muerte resucitando. Todo comenzó en Belén, en una Nochebuena”, afirmó.
En su carta, Mons. Fernández explicó que “al entrar en el mundo, el Hijo de Dios ha establecido una solidaridad inimaginable. Se ha unido de alguna manera con cada hombre. El misterio de su encarnación se prolonga en cada hombre. Cada hombre es imagen de Jesús, le representa. Y lo que hagamos a esa persona, ‘a mí me lo hicisteis’, nos dice el mismo Jesús”.
En ese sentido, dijo que “a partir de la encarnación, la solidaridad humana no brota de nosotros por consensos adquiridos, sino que esa solidaridad la ha establecido él misteriosamente, y por eso es una solidaridad que hemos de trabajar para que aflore en las relaciones humanas”.
Asimismo, destacó que junto al Niño está su madre, “María santísima, que lo ha engendrado por obra del Espíritu Santo en su vientre virginal. Virgen y Madre”.
“Virgen en plenitud de vida, en fecundidad pletórica. Virginidad que desemboca en maternidad, virginidad fecunda. Él es Dios y su madre virgen. Son dos aspectos de la misma realidad. Rebajando uno de ellos, disminuimos el otro. Confesamos en la fe que María es virgen y su Hijo es Dios”, afirmó.
El Obispo de Córdoba explicó que de esta manera quedó constituida “la Sagrada Familia de Nazaret. En torno a Jesús, María y José. Un icono en la tierra de la Trinidad eterna del cielo”.
“Jesús al entrar en el mundo ha santificado la familia humana. La que Dios ha diseñado por la unión del hombre y de la mujer, abierta a la vida en los hijos”, señaló.
En ese sentido, dijo que la fiesta de la Sagrada Familia, que se celebrará el domingo 26 de diciembre, es una ocasión “para dar gracias a Dios por nuestra familia, la familia en la que hemos nacido y las familias que se han constituido por el sacramento del matrimonio”.
El Obispo indicó que ese día celebrarán en la Catedral de Córdoba y en muchas parroquias las bodas de oro y de plata de varios matrimonios. “En los tiempos que corren vale la pena celebrar estos aniversarios y decirles a los jóvenes de hoy que el amor para siempre existe y es posible también para ellos”, señaló.
“A pesar de las debilidades humanas, que hacen frágil el amor, el sacramento del matrimonio purifica y sana el amor humano, prolongando la unión del Verbo con la carne en lazo indisoluble. La Navidad nos habla de esa indisolubilidad, de esa alianza indestructible de Dios con el hombre, que se hace patente en la alianza matrimonial”, concluyó Mons. Fernández.
Fuente:www.aciprensa.com
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