Redacción ACI Prensa
Hoy, 1 de febrero, se recuerda a Santa Brígida de Kildare, parte del grupo de santos patronos de Irlanda junto a San Patricio y San Columbano.
Libre para servir a Dios
A Santa Brígida se le considera la fundadora del monacato femenino en su país. Vivió entre los años 451 y 525. Nació en la ciudad de Faughart, ubicada al norte de Irlanda y, según la tradición, fue hija de un rey pagano y una esclava. Desde temprana edad conoció el cristianismo y se consagró a Dios. Gracias a su vida de virtud obtuvo la libertad y fue bautizada por el mismo San Patricio. Posteriormente recibiría el velo de las vírgenes de manos de San Melo, sobrino del más célebre santo irlándes.
Servidora de su pueblo
Brígida, al lado de otras vírgenes consagradas, se estableció en la ciudad de Meath, donde se puso al servicio de los más pobres. Allí obró muchos milagros, especialmente curaciones: leprosos, mudos y ciegos. Se le atribuye “el milagro de la cerveza”, por el que, de un solo barril, habría abastecido a dieciocho iglesias.
Frente a quienes pusieron su existencia en duda, hoy se reconocen como evidencias los testimonios de personajes de la época totalmente independientes de la vida religiosa. Además, son numerosos los registros históricos que dan cuenta de cómo a Santa Brígida incluso se le llegó a considerar santa en vida.
Monasterio de Kildare
Santa Brígida -también llamada Brígida de Irlanda- fundó el monasterio de Kildare hacia el año 513, adoptando la regla de San Cesáreo. Esta decisión impulsó a que otros monasterios adopten o retomen la misma regla. El monasterio de Kildare, con Brígida a la cabeza, impulsó una extensa renovación del catolicismo a lo largo y ancho de su nación.
Santa Brígida ha sido considerada madre espiritual por muchísimas religiosas a lo largo de la historia. Murió el año 525 en Kildare y su cuerpo fue enterrado en Downpatrick, junto a San Patricio y San Columbano.
Fuente:www.aciprensa.com
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