El 17 de febrero, día en que se conmemora el aniversario del arresto de San Maximiliano Kolbe por los nazis, la Iglesia en Polonia compartió una foto poco conocida del santo que sorprendió a muchos en las redes sociales.
San Maximiliano María Kolbe fue un sacerdote y fraile franciscano conventual polaco que fue arrestado y ejecutado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El santo, que supo desde niño que sería mártir, murió en el campo de concentración de Auschwitz (Polonia), después de que pidió ser intercambiado por un prisionero a punto de ser ejecutado.
La Conferencia Episcopal de Polonia recordó en su cuenta de Twitter que un día como hoy, durante la Segunda Guerra Mundial, San Maximiliano Kolbe fue arrestado por los nazis.
Para conmemorar el aniversario de este hecho histórico, la Iglesia en Polonia compartió “la última foto” del santo antes de su cautiverio.
“El 17 de febrero de 1941, el P. Maximilian Kolbe fue arrestado y llevado a la prisión de Pawiak, desde donde fue enviado a Auschwitz. Esta es la última foto antes del arresto”, señaló.
La foto generó sorpresa y comentarios entre los internautas, pues el rostro del santo lucía muy diferente a como normalmente se le conoce, con una espesa barba.
La Iglesia en Polonia explicó que San Maximiliano Kolbe había sido afeitado antes de ser inmortalizado en esa fotografía, y precisó que el retrato es una de las dos “únicas reliquias” que existen del sacerdote mártir.
“Los frailes franciscanos afeitaron al P. Kolbe y se guardó el pelo de la barba. Estas son las únicas reliquias de San Maximiliano”, indicó.
San Maximiliano Kolbe es muy querido y admirado por muchas personas en todo el mundo, por su valentía y entrega incondicional al servicio de Cristo.
El santo rechazó públicamente las ideas del nacionalsocialismo, porque eran contrarias a la fe y, en vez de “salvar su vida” alegando el origen alemán de su padre, se solidarizó con el pueblo judío que durante esos años fue perseguido por los nazis.
Su actitud desafiante y heroica lo llevó a ser perseguido, y transmitió esperanza cristiana antes y durante su cautiverio.
El santo, que también fue un gran promotor de la devoción al Inmaculado Corazón de María y uno de los fundadores del complejo religioso “Ciudad de la Inmaculada”, en Varsovia, se mantuvo firme a la cruz de la mano de la Virgen hasta el final de su vida.
Fuente:www.aciprensa.com
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