Redacción ACI Prensa
Imagen referencial. Crédito: Unsplash.
Erika J. Ahern, madre católica de seis hijos, educadora y escritora sobre temas de paternidad y familia, y autora del libro Outside the Box, compartió en National Catholic Register algunas ideas para vivir la Cuaresma en familia en medio de tiempos difíciles, como la crisis económica, la pandemia o la guerra.
Este año la Cuaresma comienza este 2 de marzo con la celebración del Miércoles de Ceniza, en medio de un tiempo lleno de desafíos como la pandemia, la guerra y la recesión económica. Sin embargo, la Iglesia Católica no “cancela” este importante tiempo litúrgico para la vida de los cristianos, sino que alienta a vivirlo con mayor intensidad.
Así como “nuestras vidas humanas, con sus patrones de amor, pecado, alegría y dolor, continúan día a día, también continúa nuestra necesidad de este tiempo de penitencia”, que al igual que el Adviento, “nos da la oportunidad de salir del desierto de este mundo plagado de pandemias y sumergirnos en la abrumadora misericordia de Dios”, recordó Ahern.
De hecho, “la Cuaresma durante una pandemia, guerra o recesión económica, se vuelve más necesaria que nunca: si estamos viviendo la Pasión de Cristo en nuestras pequeñas cosas, ¿cuánto más nos maravillaremos de que Dios mismo venga a sufrir con nosotros y por nosotros?”, agregó.
A continuación, compartió ocho ideas para vivir la Cuaresma en familia durante tiempos difíciles:
1. Pídanse perdón entre todos
Ahern sugirió adoptar algunas de las tradiciones ortodoxas y católicas orientales para vivir la Cuaresma este año. Destacó las Vísperas del Perdón, una práctica realizada en algunos ritos orientales al iniciar la Cuaresma, que incluye un rito en el que el sacerdote y los fieles, de forma individual, se piden perdón unos a otros.
“Todos se vuelven hacia la persona que está a su costado y le ruegan: ‘Por favor, perdóname’. La respuesta es simplemente: ‘Te perdono’. Luego, la conversación se invierte: la persona que perdona se convierte en penitente y pide perdón al que ha perdonado”, explicó.
“No puedo expresar cuán conmovedor es este rito en un ambiente parroquial o alrededor de una mesa familiar”, dijo Ahern. Sugirió celebrar este rito el primer domingo de Cuaresma de una forma más sencilla: la cabeza de la familia es el primero que perdona a cada integrante del hogar y luego les pide perdón; a continuación, cada miembro de la familia sigue su ejemplo.
Si bien “puede parecer incómodo al principio, las palabras en sí mismas son efectivas y renuevan nuestras relaciones entre nosotros”, dijo. Además, como ya perdonamos a los que nos ofenden, el resto de la Cuaresma puede enfocarse en recibir el perdón de Dios, agregó.
2. Recen la Oración de San Efrén
Ahern sugirió que durante estos 40 días de la Cuaresma se reemplace o incluya en la bendición de los alimentos el rezo de la Oración de San Efrén, uno de los doctores y poetas más antiguos de la Iglesia Católica. Los católicos bizantinos consideran esta oración como el resumen más perfecto y conciso del propósito de la Cuaresma, pero también puedes rezarla el resto del año.
“Oh Señor y Dueño de mi vida, aleja de mí el espíritu de pereza, abatimiento, ansia de poder y palabras vanas. En cambio, concede a este tu siervo el espíritu de castidad, humildad, paciencia y amor. Sí, Oh Señor y Rey, concédeme ver mis pecados y no condenar a mi hermano. Oh Tú que eres bendito por los siglos de los siglos. Amén”, dice la oración.
3. Ayunen de alimentos
Ahern dijo que la cuarentena hace que “el ayuno y la abstinencia sean particularmente desalentadores”, pues ahora que sus salidas habituales para relajarse o disfrutar no se pueden realizar por la pandemia, lo que le consuela y fortalece es comer y beber lo que le gusta.
Además de abstenerse de comer carne todos los viernes de Cuaresma, como manda la Iglesia Católica, Ahern sugirió agregar un día más de abstinencia en la semana y ofrecer juntos en familia este sacrificio a Dios. Precisó que en caso algunos miembros no puedan hacerlo por su edad o estado de salud, pueden ayunar de otros tipos de alimentos como los dulces, por ejemplo.
“La clave es centrarse en el gozo que proviene del ayuno: cuando hacemos un sacrificio a Dios de algo que es bueno en sí mismo (carne, azúcar, vino), estamos declarando con nuestras acciones que solo Él basta. Expresamos también de manera visible, física, nuestro deseo de sufrir con Él en agradecimiento”, recordó.
4. Den limosna en familia
Ahern alentó a que en las primeras semanas de la Cuaresma se elija en familia a qué organizaciones benéficas darán limosna o apoyaran económicamente; es decir, siéntense juntos en torno a la mesa, ofrezca dos o tres opciones y dejen que los niños discutan a quién debe ir el dinero este año.
“Convertir su donación caritativa en una discusión familiar es una gran oportunidad para enseñar a sus hijos sobre los hombres y mujeres que dedican [o dedicaron] su vida al servicio y la limosna: hermanas y hermanos religiosos, filántropos, etc.”, dijo. “¡Quizás estés criando a la próxima Santa Teresa de Calcuta esta Cuaresma!”, agregó.
5. Alimenten a los hambrientos
Ahern dijo que en caso no sea posible entregar su tiempo y talento al servicio de su parroquia físicamente, considere involucrar a sus hijos en actividades de caridad como la recolección de alimentos no perecibles para donársela a los más pobres.
“Si es posible, compre con sus hijos y permítales usar el dinero de la mesada para comprar alimentos que a ellos les guste. Al seleccionar lo que aman y regalarlo libremente en realidad están proclamando la dignidad de los pobres, que merecen lo mejor de nosotros, no solo las latas de frijoles que nos sobran en nuestra despensa”, agregó.
6. Preparen su casa para el Señor
Ahern dijo que limpiar y ordenar la casa es otra gran actividad familiar que pueden realizar el fin de semana. Por eso, animó a que además de “botar la chatarra y los juguetes rotos”, cada miembro de la familia se comprometa a “dar algo de real valor a los pobres”. Díganles a sus hijos: “Da a los pobres lo que es hermoso, bien hecho y lo que tú mismo querrías recibir”, dijo.
7. Velen sus imágenes
Ahern recordó que el ayuno también puede ser visual y que “la Iglesia tiene una larga tradición de velar estatuas e íconos religiosos en sus iglesias después de la Misa del Quinto Domingo de Cuaresma, también llamado el “Domingo de Pasión”, hasta después de la Vigilia Pascual.
Ahern explicó que si tiene hijos pequeños, velar sus imágenes es un recordatorio simple pero efectivo que los ayudará a reconocer el avance de Cristo hacia su muerte. “Los niños recordarán esta señal visual durante los próximos años y sus preguntas abrirán una conversación familiar sobre la Cuaresma, el amor de Cristo por nosotros y su Pasión”, agregó.
Para velar las imágenes, sugirió usar “sábanas, mantillas o muestras de tela de colores oscuros para cubrir el crucifijo, los íconos, las estatuas y las imágenes de los santos” que tenga en casa. Pero, recuerde que “el crucifijo debe ser descubierto el Viernes Santo”.
8. Asistan juntos al Triduo Pascual
Ahern recordó que las liturgias del Jueves Santo, Viernes Santo y Vigilia Pascual forman el Triduo Pascual, porque están unidas. “Observe que el sacerdote inicia el Jueves Santo con la Señal de la Cruz y no ofrece una bendición final o despedida hasta el cierre de la Vigilia Pascual”, dijo.
Entonces, si nunca ha llevado a su familia a las tres liturgias, “comprométanse ahora a asistir a las tres este año”, alentó. Si bien las restricciones de la pandemia en algunos países puedan complicarlo, “haga todo lo posible para llevar a sus hijos a todo el Triduo Pascual en una parroquia con una reputación litúrgica reverente. Nunca lo olvidarán”, alentó.
Finalmente, Ahern recordó que más allá de los compromisos que elijan realizar en familia esta Cuaresma, “incluya a sus hijos y nunca se avergüence”. “No importa cuán difícil sea la vida este año, las prácticas cuaresmales adicionales solo servirán para mostrar que verdaderamente, ‘su yugo es fácil y su carga es ligera’”, concluyó.
Comentarios