Advierten sobre 3 “tipos” de sacerdotes: Solo uno cumple su misión

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

Foto referencial de sacerdote. Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

El P. Antonio María Domenech Guillén, párroco en Santa Maria del Campo Rus (España), afirmó que existen tres “tipos” de sacerdotes, y que solo uno de ellos cumple su misión de cura de almas.

Así lo indicó el sacerdote en un artículo titulado “Un cura y dos cervezas”, publicado este 12 de mayo en su blog “Se llenaron de inmensa alegría”.

En su texto, el P. Domenech cuestiona al clero: “¿Qué tipo de cura soy? De dos cervezas y nada más. O también, ¿qué espero de mi sacerdote?” o “¿Qué espero del enviado de Jesucristo a mi vida?”.

El sacerdote dijo luego que, así como en la vida diaria hay “tres tipos de personas, aquellos que toman con nosotros un aperitivo, los que forman parte de cualquier grupo (tipo club deportivo, coro parroquial, trabajo, incluso vecinos en los pueblos pequeños), y aquellos amigos de corazón en los que ponemos nuestra confianza plena”, también hay tres “tipos” de sacerdotes.

1.- El cura “campechano”

El primero, explica, es el “cura campechano, con el que da gusto tomarse dos cervezas. Hace sentir cómoda a la gente. ‘¡Oye! ¡Qué tío más simpático!’ Pero no pasa nunca de ahí. Después cada uno a su casa, y si te he visto no me acuerdo”.

El P. Domenech indicó que “es una posición cómoda, ‘hago lo que me piden, no me meto con nadie y que nadie se meta conmigo’”.

2.- El párroco normal que “no me molesta”

El segundo tipo de sacerdote es el “el párroco, en la relación normal de párroco/feligrés”.

Este sacerdote “nos da las directrices para una procesión del Corpus, que además preside, para una Primera Comunión, o para un retiro espiritual”.

Este tipo de presbítero “se sabe imponer, tiene orden en el templo que administra. Ideal, pero no me molesta”.

3.- El sacerdote cura de almas

Para el P. Domenech, el tercer tipo es de presbítero es el “sacerdote que guía mi alma. Al que le consulto las cosas, que cuando frunce el ceño ya sé que no le gusta lo que he dicho, un sacerdote que sabe todo de mi vida. Que solo le interesa llevarme al Cielo”.

Este es un sacerdote que habla “sin rodeos, con cerveza, Coca-Cola y lo que haga falta, pero que habla claro, directo, noble. Sin pretender agradar en lo que dice ni llevar más razón que yo, porque le da igual”.

“Lo importante no es llevar razón, es buscar la Verdad. Es decir, no llega ni a discutir. Si quiero, le hago caso, y si no, como dice él: ‘Puerta’. Pero que, de esta manera, ni me engaño yo, ni se engaña él”.

Para concluir, el P. Domenech invita a meditar, en esta semana en la que se celebró la fiesta de San Juan de Ávila y del Buen Pastor: “¿Qué pretendes tú de un sacerdote? y también, ¿qué medios pones para que sea como quieres?”.


Fuente:www.aciprensa.com

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