¿Qué celebra la Iglesia Católica en la Solemnidad de la Ascensión?


POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa

Con motivo de la fiesta litúrgica de la Ascensión del Señor, a realizarse el próximo domingo 29 de mayo, el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, recordó por qué en esta celebración los católicos recordamos que “el Cielo es nuestra meta”.

La Solemnidad de la Ascensión se celebró el 26 de mayo, el jueves de la sexta semana de Pascua, cuando se cumplen 40 días después de la Resurrección de Cristo, de acuerdo al relato del Evangelio de San Lucas y los Hechos de los Apóstoles de la Biblia. Pero, su fiesta litúrgica se traslada al domingo séptimo de Pascua, que este año es el 29 de mayo de 2022.

El 26 de mayo, en su carta pastoral semanal, Mons. Fernández recordó que este domingo celebraremos “la fiesta de la Ascensión de Jesucristo a los cielos”, cuando “cuarenta días después de su resurrección, Jesús reunió a sus apóstoles y, delante de ellos, fue elevado al Cielo, hasta que lo perdieron de vista”.

El Prelado explicó que con su Ascensión, “Jesús culminó su glorificación sentado a la derecha del Padre, como Señor y juez, que vendrá glorioso al final de los tiempos, para juzgar a vivos y muertos”.

En ese sentido, recordó en su carta titulada “El Cielo es nuestra meta”, que “para un cristiano, mirar al Cielo significa dirigir su corazón hacia esa situación feliz que Dios nos tiene preparada para cada uno de nosotros, y en la que Jesús nos precede”.

Mons. Fernández recordó que actualmente existen dos “obstáculos principales” que nos impiden mirar al cielo como nuestra meta: el placer de la vida en la tierra, y las ideologías de base marxista de nuestros tiempos.

Sobre el primer obstáculo, recordó que “la vida placentera en este mundo nos hace olvidar el cielo”, pues “nos parece que estaremos mejor en la tierra disfrutando de lo que la vida nos pueda ofrecer”.

“Si nos hablan del Cielo, asentimos, pero pensamos que el Cielo puede esperar y ahora que nos dejen disfrutar los bienes de la tierra. Una vida planteada en torno al placer no tiene ningún interés por el Cielo; sólo se acuerda del cielo cuando llega la frustración o la contrariedad”, explicó.

Mons. Fernández dijo que el segundo obstáculo es “la visión materialista de la vida y de la historia, que lleva a la negación de Dios y del Cielo” y que está presente en “el marxismo, una de las ideologías imperantes en nuestros días”, donde se piensa que “hablar del Cielo es como una evasión del compromiso por trasformar este mundo”.

Los marxistas consideran hablar del cielo “como una alienación, como una rémora para el desarrollo. Y a veces a los cristianos les atrapa esta ideología y les priva del gozo anticipado del cielo que esperamos”, expresó.

En medio de esta realidad, el Prelado afirmó que la Ascensión del Señor al Cielo es una “fiesta de gozo para el cristiano, porque sabe que el camino abierto por Jesús es la autopista por la que hemos de caminar nosotros”.

Para los católicos, el “saber que al final nos espera ese gozo, nos hace disfrutarlo ya desde ahora en esperanza”, pues “la certeza de la vida más allá de la muerte, y de una vida feliz con Dios para siempre, es un resorte continuo ante las dificultades de la vida, que no faltan”, dijo.

En ese sentido, Mons. Fernández afirmó que “en la fiesta de la Ascensión celebramos a Cristo”, cabeza de la Iglesia y de la humanidad, pues lo que le pasó es “un anuncio y una primicia de lo que sucederá en todos nosotros”.

El Prelado recordó que esto ya sucedió con la Virgen María en su Asunción al cielo en cuerpo y alma, fiesta que celebramos el 15 de agosto. La Madre de Dios fue “glorificada incluso en su cuerpo humano, como el nuestro”, y ella “es adelanto de toda la humanidad, que un día será glorificada como ella”, expresó.

También, Mons. Fernández recordó que antes de su Ascensión, Jesús dice a sus discípulos: “Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy no puede venir a vosotros el Espíritu Santo”, y explicó que la “ausencia visible y palpable de Jesús” es “un bien para nosotros”, pues “el ayuno” a nuestros sentidos nos ayuda a profundizar en su mensaje.

Explicó que cuando Jesús estaba físicamente en la tierra, “sus contemporáneos vivían de lo que veían y oían de él”, pero recordó que “el plan de Dios, para aquellos contemporáneos y para todos nosotros, es que todo eso quede interiorizado en nuestro corazón, y desde dentro vaya inundando todas las zonas de nuestra vida, transfigurándolas”.

Finalmente, el Prelado pidió rezar por la Iglesia, en especial, por los comunicadores, que también celebrarán el domingo “la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales”, para que “puedan relatar a los demás lo que han escuchado con el corazón”.


Fuente:www.aciprensa.com

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