Sacerdote que habría visto sangrar la Eucaristía va camino a los altares

Redacción ACI Prensa

Imagen referencial. Crédito: Gary Yost / Unsplash.

El Vaticano autorizó abrir el proceso para la beatificación del P. Cícero Romao Batista, un querido sacerdote brasileño que estuvo relacionado a un presunto milagro eucarístico.

El 20 de agosto, el Obispo de Crato, en Ceará, Mons. Magnus Henrique, anunció con “gran alegría” que el Papa Francisco proclamó Siervo de Dios al P. Cícero Romao Batista al autorizar el inicio del proceso para su beatificación.


El Prelado dijo que el Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano le envió una carta firmada el 24 de junio con la autorización de la proclamación del P. Cícero, que es llamado “Padim Ciço” de forma afectuosa por los fieles del país.

El Prelado explicó que el 12 de mayo de este año se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano, y le entregó una carta pidiéndole la apertura del proceso de beatificación del sacerdote “amado y venerado”.

“Esperamos que Su Santidad, en el momento oportuno, examine con corazón de padre y como sucesor de Pedro esta petición ahora formulada, cuya respuesta es un anhelo para nosotros y para los millones de devotos del P. Cicerón”, expresó Mons. Henrique.

El P. Cícero nació el 24 de marzo de 1844 en Rua Grande, hoy Miguel Limaverde, en Crato. Sus padres fueron los campesinos Joaquim Romão Batista y Joaquina Román Vice, y fue criado por dos de sus hermanas: Mariquinha y Angélica.

Cuando tenía solo 12 años, después de leer la vida de San Francisco de Sales, el Siervo de Dios hizo piadosamente un voto de castidad. Fue ordenado sacerdote en 1870 en Ceará.

Uno de los sucesos más destacados de su vida ocurrió en 1889, cuando fue testigo de un presunto milagro eucarístico durante una Misa en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores, en el distrito de Juazeiro.

Según la historia, el P. Cícero estaba participando en la Comunión, cuando la hostia comenzó a sangrar en la boca de un feligrés. Como el suceso se repitió varias veces, la parroquia comenzó a recibir muchos más peregrinos. Incluso dos médicos fueron llamados a ver el suceso “milagroso”.

Sin embargo, la Iglesia no aceptó el milagro. En cambio, se acusó al P. Cícero de manipular la creencia popular y se le suspendió el ministerio sacerdotal en 1894, por lo que tenía prohibido celebrar Misa.

Cuatro años después, el P. Cicerón viajó al Vaticano y pidió al Papa León XIII que revocara su sentencia, lo que le fue concedido.

En 1911, Juazeiro fue elevado a municipio y el P. Cícero fue nombrado alcalde. Durante su encargo, el sacerdote realizó muchas mejoras.


Entre ellas, trajo a los Salesianos a la ciudad, donó terrenos para la construcción del aeropuerto y abrió varias escuelas.

También construyó varias capillas, promovió el desarrollo de la agricultura y ayudó a la población más pobre durante los tiempos de sequía.

El sacerdote murió a los 90 años, el 20 de julio de 1934, en Juazeiro do Norte.

El 30 de mayo de 2006, 254 obispos de Brasil firmaron una carta conjunta pidiendo a la Congregación para la Doctrina de la Fe que reconozca la acción pastoral y apostólica del P. Cicerón en el desarrollo de la región.

En 2014, el Secretario de Estado del Vaticano envió a la Diócesis de Crato una carta de reconciliación del P. Cícero con la Iglesia Católica.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI Digital.


Fuente:www.aciprensa.com

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