Redacción ACI Prensa
Gino Bartali con su esposa y sus nietas en 1980. Foto: Cortesía de la familia
La nieta de Gino Bartali relató que el campeón ciclista que salvó a cientos de judíos italianos de los nazis, además de ser un gran deportista, fue “sobretodo un grande hombre, testigo de fe y humildad”.
Por ello, la Diócesis de Asís rindió homenaje al famoso ciclista este 5 de mayo con ocasión del 21 aniversario de su muerte.
Gino Bartalli fue doble campeón del Tour de Francia (en 1938 y 1948) y tres veces campeón del Giro de Italia (1936, 1937 y 1946), pero también arriesgó su vida durante la Segunda Guerra Mundial para salvar a cientos de judíos italianos.
Durante el período de ocupación nazi y fascista del centro y norte de Italia durante la Segunda Guerra Mundial, Gino se integró en una organización clandestina, organizada por el Rabino de Florencia Nathan Cassuto y el Arzobispo de Florencia Cardenal Elia Angelo Dalla Costa, que tenía como objetivo rescatar a perseguidos, muchos de ellos judíos, y ponerlos a salvo en las zonas del sur del país controladas por los aliados.
En la época en que Gino fue un ciclista famoso por haber ganado el Tour de Francia, en Italia gobernaba Benito Mussolini junto a sus partidarios fascistas. Por eso, sus entrenamientos por la zona de Toscana y Umbría en plena guerra, a pesar de que se habían suspendido todas las competiciones deportivas, no levantaron sospechas para los soldados italianos.
De este modo, Bartali transportó documentos de judíos perseguidos a varios monasterios de Florencia a Asís donde los integrantes de la red elaboraban pasaportes falsos para los perseguidos.
Para lograr trasladar toda esa documentación sin levantar sospecha, Gino Bartali escondía las fotografías, documentos y pasaportes debajo del asiento y dentro de los tubos de su bicicleta. Bartali era el único que podía hacer ese trayecto por carreteras bajo control militar.
En 1937 Gino Bartali se hizo miembro de la Tercera Orden Carmelita, cuyos integrantes son laicos que viven su fe con la espiritualidad de los carmelitas.
Falleció el 5 de mayo de 2000 y el 23 de septiembre de 2013 fue reconocido como “Justo entre las naciones” por el Museo Yad Vashem del Estado de Israel.
La capilla privada, inicialmente en Florencia, se trasladó en 2018 a Asís, donada por la familia del ciclista al “Museo de la Memoria de Asís”.
La nieta de Gino, Gioia Bartali, recordó a su abuelo arrodillado de noche en una capilla rezando ante la pequeña imagen de Santa Teresita del Niño Jesús, su santa predilecta.
“Siempre imaginé que la capilla del abuelo representa todavía hoy su hogar. Pocos objetos, sencillos, pero muy vinculados a él: un pequeño y modesto altar, la dulcísima imagen de su santa predilecta, Santa Teresita del Niño Jesús, y un reclinatorio de madera oscura donde, una noche hace muchos años, lo sorprendí de rodillas rezando. Fue la única vez, porque mi abuelo siempre vivió su fe con profunda discreción, devoción y humildad”, dijo Gioia a ACI Stampa (Agencia en italiano del Grupo ACI).
Además, Gioia describió a ACI Stampa que su abuelo fue “un gran deportista y hombre de fe, que se hizo protagonista, en los años oscuros de la guerra, salvando a cientos de judíos, en total silencio y sin pedir nada a cambio”.
Por su parte, el Papa Francisco en una reciente entrevista a una revista italiana resaltó la figura de este gran ciclista y citó que Bartali decía que “el bien se hace y no se dice, sino ¿qué bien es?”.
En el “Museo de la Memoria de Asís 1943-1944” se recuerda a Gino Bartali porque se describe la importante obra de protección que se realizó a favor de los judíos durante los años de las persecuciones raciales.
La exposición está formada por cinco habitaciones que recopila documentos, fotos, ensayos, objetos de varios personajes que salvaron a los judíos, entre ellos, Gino Bartali, y el obispo Giuseppe Placido Nicolini.
Además, en el Museo está expuesta la antigua máquina tipográfica y los timbres usados para imprimir documentos falsos que permitieron salvar la vida de cientos de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Traducido y adaptado por Mercedes De La Torre. Publicado originalmente en ACI Stampa
Fuente:www.aaciprensa.com
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