POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
El P. José María Pérez Chaves, sacerdote del Arzobispado Castrense de España, dio recientemente un valioso consejo para mantener al demonio alejado de casa, usando algo que el maligno “odia”.
A través de Twitter, el P. Pérez Chaves dijo como “consejo”: “santiguaos frecuentemente con agua bendita y asperjadla de vez en cuando en vuestra casa”.
“El demonio la odia, y os dejará tranquilos”, aseguró.
El sacerdote español precisó que "no me las quiero dar de santo ni nada por el estilo, pero puedo aseguraros que yo he percibido la presencia cercana del demonio, y la he ahuyentado mediante la oración y la aspersión de agua bendita".
"El alma que está en gracia y que recurre frecuentemente a la oración y a los sacramentos no debe temer a Satanás, porque es una luz que eclipsa su poder", subrayó.
El P. Pérez Chaves alentó también a cumplir "los mandamientos, rezad, id a misa, confesaos, comulgad y recurrid al agua bendita, y el diablo huirá de vosotros. Sois soldados de Cristo y necesitáis ejercitaros contra el enemigo todos los días, porque nunca sabéis cuándo os va a atacar. ¡Ánimo!".
Ante la consulta de un usuario sobre cómo conseguir agua bendita, el sacerdote español le dijo que "pidiéndole a un sacerdote que la bendiga".
En su obra Summa Daemoniaca, disponible gratis para los lectores de ACI Prensa, el famoso teólogo José Antonio Fortea explica que “un demonio es un ser espiritual de naturaleza angélica condenado eternamente”.
“No tiene cuerpo, no existe en su ser ningún tipo de materia sutil, ni nada semejante a la materia, sino que se trata de una existencia de carácter íntegramente espiritual”.
Al reflexionar sobre por qué el agua bendita “tiene una influencia en atormentar y expulsar demonios”, el P. Fortea, que durante muchos años ejerció el ministerio del exorcismo, dijo que se debe a que “la Iglesia ha unido a esa materia un poder espiritual al bendecirla”.
“Es decir, que la Iglesia con el poder que ha recibido de Cristo puede unir un efecto espiritual a un objeto”, indicó.
Durante un exorcismo, señaló, un demonio admitió que el sufrimiento que le causaba el agua bendita se debía a que “el agua era símbolo de pureza y limpieza”.
Fuente:www.aciprensa.com
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