POR GISELLE VARGAS | ACI Prensa
Logo Año del Laicado. Crédito: Conferencia Episcopal del Paraguay.
El 21 de noviembre, Solemnidad de Cristo Rey, unos 300 fieles en Paraguay dieron inicio al Año del Laicado y conocieron el lema, logo y canción que acompañará este tiempo hasta fines del 2022.
Este camino comenzó en 2020 con el Año de la Palabra. En 2021 continuó con el Año de la Eucaristía y continuando el camino formativo y comunitario, la multitud presente en la Diócesis de Caacupé celebró y se empapó del sentido del Año del Laicado.
La jornada comenzó en la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, con la Misa presidida por el Obispo de Villarrica, Mons. Adalberto Martínez, quien expresó en su homilía que “Jesús quiere reinar entre nosotros” y “a través de nosotros espera que colaboremos con El para que su Reino que ya fue inaugurado con su venida, se extienda por todos los rincones de la tierra”.
“Jesús quiere que si nos consideramos de verdad sus discípulos abracemos también su causa, el Reino de Dios, esta fue su pasión y motivo de encarnación”, agregó.
“El Año del Laicado es un aliciente y un gran desafío a la vez”. “Caminando juntos, pastores y laicos en sinodalidad, estaremos construyendo el reino de Dios. Los laicos por el bautismo tienen una dignidad inigualable” y “el derecho y obligación de ser sal y luz”, afirmó.
Junto con pedir la bendición de la patrona del Paraguay, Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, Mons. Martínez pidió el valor para los laicos puedan anunciar a Cristo y denunciar todas las situaciones que atentan contra toda dignidad humana.
La Misa dio paso a la presentación el Año del Laicado, momento en que el Obispo de Carapeguá, Mons. Celestino Ocampo, explicó que “toda la Iglesia en unidad y comunión, siente la importancia de vivir este mismo proceso y trabajar por la transformación y evangelización según la voluntad de Dios”.
A su turno, la secretaria ejecutiva del Año del Laicado, Vidalina Barrios, explicó que además de fortalecer el sentido de pertenencia de los bautizados a la Iglesia Católica, las líneas de acción del Año del Laicado contempla la promoción de los valores humanos, la formación permanente y sistemática, la animación del espíritu misionero, la generación de espacios de discernimiento, la integración y promoción de acciones pastorales en salida.
En ese sentido, Blanca Palacios, de la Comisión Episcopal de Pastoral, explicó que el Año del Laicado “es el acto de recibir la Sagrada Comunión en la Eucaristía que se transforma entonces en un acto de adhesión a la Palabra Proclamada”.
“Nos invita a salir a todos y a anunciar a Cristo desde la experiencia personal de discípulo que a medida que ama y conoce al Señor, experimenta la necesidad de compartir, con otro, su alegría de ser enviado, de ir al mundo a anunciar a Jesucristo muerto y resucitado, a hacer realidad el amor y el servicio en la persona de los más necesitados, en una palabra construir el reino de Dios”, agregó Palacios.
El lema del Año del Laicado es “Al instante se pusieron en camino a anunciar a Cristo” tomado del Evangelio de Lucas, y acompañado de un logo que destaca la Eucaristía como “fuente y cumbre de toda actividad misionera”.
De ella nacen rayos de sol que invita a “ser testigos auténticos, coherentes de la luz” y un camino por el que van dos figuras que representan los discípulos que “en actitud de alegría salen a anunciar a Cristo”, con un corazón ardiendo.
Estas imágenes se posan sobre los trazos que simbolizan una Biblia, “Palabra de dios, sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual”.
Durante la jornada se presentó la canción que acompañará el Año del Laicado y se titula “Somos tus discípulos” del grupo Huellas de Coronel Oviedo.
La letra, voz y melodía es de Marcelo Jiménez. La guitarra es interpretada por Alcides Montiel; el bajo por Rodrigo Centurión; la batería por Santiago Guillén acompañado del coro Lucas Benítez.
Asimismo, se presentó la oración por el Año del Laicado:
Dios nuestro,
que has enviado tu Hijo como Luz del mundo;
derrama los dones de tu Espíritu
sobre tu Iglesia peregrina en el Paraguay,
para que, en este año del Laicado,
como los discípulos de Emaús,
todos los bautizados,
después de escuchar tu Palabra y compartir el Pan,
anunciemos a Cristo
y seamos activos cooperadores
en la construcción de tu Reino:
evangelizando los ambientes familiares y sociales,
políticos y económicos, educativos y culturales.
Que el ejemplo y la intercesión
de nuestra Madre María Santísima y de su esposo san José,
nos animen a vivir los valores de la escucha y el perdón,
la justicia y la paz, la verdad y, sobre todo, el amor.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
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