Por: Hannah Brockhaus
Redacción ACI Prensa
Imagen referencial. Crédito: Unsplash.
A principios de este año, el Papa Francisco creó el ministerio laical de catequista en la Iglesia Católica con la publicación de la carta apostólica, en forma de motu propio, Antiquum ministerium (“Ministerio antiguo”). Estas son 5 respuestas a las preguntas que han surgido entre los fieles sobre este nuevo ministerio.
1. ¿Qué es el ministerio de catequista?
Un ministerio instituido es un tipo de servicio vocacional formal dentro de la Iglesia Católica, que puede estar constituido por laicos, como un lector o un acólito; u ordenados, como un diácono o un sacerdote.
El ministerio de catequista recientemente instituido está integrado por laicos que tienen un llamado particular a servir a la Iglesia Católica como maestros de la fe.
El ministerio es “estable”, lo que significa que dura toda la vida, independientemente de si la persona lo está llevando a cabo activamente en ese momento de su vida.
El catequista colabora con el obispo local y con los sacerdotes en la enseñanza de la fe a la comunidad local.
2. ¿Por qué se habla de un nuevo ministerio si conozco catequistas?
Hoy en día hay muchos catequistas que sirven a la Iglesia a nivel parroquial, pero el ministerio de catequista está vinculado a la diócesis, y el catequista está a disposición del obispo diocesano.
El catequista está dedicado a la transmisión de la fe a través del anuncio y la instrucción; no tiene ningún tipo de responsabilidad litúrgica. Pero los catequistas pueden ser especialmente beneficiosos en lugares donde hay pocos sacerdotes.
Las dos tareas principales que desempeña este nuevo ministerio son catequizar o enseñar la fe y participar en los apostolados.
3. ¿Quién puede ser catequista?
Este ministerio está reservado, con algunas excepciones menores, para los laicos católicos que no forman parte de una congregación o instituto religioso.
El obispo es responsable de elegir hombres y mujeres para ser instituidos en este ministerio católico en su diócesis, pero el Vaticano ha sugerido que los candidatos más adecuados son aquellos que tienen “fe profunda y madurez humana”, son participantes activos en la vida de la comunidad cristiana, y son “capaces de acoger a los demás, ser generosos y vivir una vida de comunión fraterna”.
Los candidatos deben estar debidamente preparados mediante una “adecuada formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica”. La experiencia previa de catequesis también es un requisito.
Los católicos adultos bautizados que hayan recibido los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación, y deseen ser instituidos en el ministerio de catequistas, pueden presentar una petición por escrito y firmada a su obispo diocesano.
El Vaticano ha enfatizado el “aspecto vocacional” del ministerio, instando a los obispos a discernir cuidadosamente sobre qué personas admitir.
En Antiquum ministerium, el Papa Francisco describió las cualidades que la Iglesia busca en los participantes del nuevo ministerio laical, donde indicó que el catequista “está llamado en primer lugar a manifestar su competencia en el servicio pastoral de la transmisión de la fe, que se desarrolla en sus diversas etapas”.
“Desde el primer anuncio que introduce al kerygma, pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara en particular a los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a ‘dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza’”, resaltó.
“El catequista es al mismo tiempo testigo de la fe, maestro y mistagogo, acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la Iglesia”, añadió.
4. ¿Cuál es el rito de institución en el ministerio del catequista?
El rito de institución es un ritual litúrgico mediante el cual se confiere el papel de catequista. El ministerio es conferido por el obispo, o un sacerdote delegado por él, ya sea en una Misa o en una celebración de la Liturgia de la Palabra, siguiendo el rito litúrgico emitido por la Santa Sede el 13 de diciembre.
Si la institución tiene lugar durante la Misa, después del anuncio del Evangelio, un sacerdote o diácono llamará por su nombre a cada uno de los candidatos, quienes se presentarán al obispo respondiendo: “Aquí estoy”. El rito también sugiere que el obispo debe pronunciar una breve homilía sobre el papel del catequista. Hay una invitación a la oración, una bendición y se entrega un crucifijo a cada nuevo catequista.
5. ¿Los catequistas pueden realizar “exorcismos menores”?
En la Iglesia Católica hay dos tipos de exorcismo: los “mayores” y los llamados “simples” o “menores”.
Cuando alguien se refiere al exorcismo, lo más probable es que se refiera al acto de expulsar demonios o espíritus malignos de personas, lugares u objetos poseídos o plagados por ellos. Se trata de un exorcismo mayor, una práctica reservada a un sacerdote católico, delegado por su obispo para llevar a cabo esta tarea dentro de su propia diócesis.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) explicó en su sitio web que un exorcismo menor o simple es parte del Rito de Bautismo para Niños y parte de la Orden de Iniciación Cristiana para Adultos.
Las pautas para el ministerio del catequista señalan que un obispo diocesano puede delegar “catequistas ‘verdaderamente dignos y adecuadamente preparados’ para celebrar los exorcismos menores” para los catecúmenos que se preparan para ser recibidos en la Iglesia Católica.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
Fuente:www.aciprensa.com
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