POR GISELLE VARGAS | ACI Prensa
Cardenal Celestino Aós y Valeria López. Crédito: Convención Constitucional.
“Los derechos del hombre no son concesiones de los Estados, sino que son de cada persona en virtud de su dignidad”, expresó el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), Cardenal Celestino Aós, el 1 de diciembre ante los encargados de redactar la nueva Constitución del país.
El Cardenal, junto a la Secretaria Adjunta de la CECh, Valeria López, se presentaron ante la Comisión sobre Principios Constitucionales: Democracia, Nacionalidad y Ciudadanía de la Convención Constitucional, organismo constituido por ciudadanos de distintos sectores sociales y políticos que tiene como fin elaborar una nueva propuesta de carta magna para Chile.
Ambos presentaron el mensaje titulado “Principio de igualdad: la dignidad de la persona”, y entablaron un diálogo con los integrantes de la Comisión para responder preguntas y presentar la postura de los cristianos católicos.
Valeria López leyó la introducción en la que expresó que “una Constitución no debe solo ceñirse a organizar el poder político, su distribución y limitaciones, sino también delinear un cierto horizonte u objetivos, y eso se logra a través del conjunto de los principios constitucionales”.
El primero de esos principios es el que declara que “las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y “la igualdad no es producto de las declaraciones de derechos”, sino que “emana de la común dignidad que tiene toda criatura humana, y que la hace merecedora de respeto como tal”.
A su turno, el Cardenal Aós precisó que desde la Doctrina Social de la Iglesia, la dignidad de la persona “se basa en el hecho que todas las personas, al ser hijos de Dios, somos creadas iguales en dignidad”.
En ese sentido, “la Iglesia fundamenta la esencia de los derechos humanos en la naturaleza humana creada por Dios y en el derecho natural”.
“En consecuencia, los derechos humanos residen en la persona, en cuanto sujeto del poder y origen del Estado. Por lo tanto, los derechos del hombre no son concesiones de los Estados, sino que son de cada persona en virtud de su dignidad. Los Estados deben garantizar, promover y defender el conocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de todos los ciudadanos”, recordó el Cardenal Aós.
En su mensaje, el también Arzobispo de Santiago citó la constitución pastoral Gaudium et spes, la encíclica Fratelli tutti y algunas semejanzas de la declaración Dignitatis humanae con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
“La Doctrina Social de la Iglesia afirma la inviolable dignidad de la persona humana, que es intrínseca al hombre por ser imagen de Dios, y por ello, la vida de todo ser humano es sagrada e inviolable, por lo que cada hombre tiene valor absoluto”.
En ese sentido, “la igualdad fundamental de los seres humanos ante Dios, tiene como consecuencia la imposibilidad de justificar ninguna discriminación ante las leyes humanas. Por tanto, la persona debe ser defendida contra cualquier intento social que pretenda negarle, abolirle o impedirle ejercer sus derechos”, sostuvo.
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Fuente:www.aciprensa.com
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