POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa
Erupción del Volcán Semeru en Indonesia. Créditos: EWTN Noticias
El obispo de Malang (Indonesia), Mons. Henricus Pidyarto Gunawan, señaló que Cáritas viene brindando ayuda a los damnificados por la erupción del volcán Semeru, que ha dejado al menos 22 fallecidos.
El 4 de diciembre, el volcán, que se encuentra en la provincia de Java Oriental, entró en erupción repentina y violenta, alzándose una nube de cenizas, que cubrieron grandes superficies de las zonas cercanas.
Las coladas de lodo ardiente inundaron al menos 11 pueblos a los pies del volcán, provocando que más de mil residentes tuvieran que evacuar de manera urgente, dado que las autoridades locales no alcanzaron a dar señales de emergencia, según indicó Asia News.
El humo y el polvo del volcán cubrieron más de 12 kilómetros, dejando la zona completamente oscurecida. Además, varias columnas de alta tensión fueron dañadas, interrumpiendo el suministro de energía eléctrica.
Según Asia News, la mayoría de las víctimas han sido mineros que extraían arena del río, que quedaron cubiertos por las cenizas y el barro tras la erupción. Varias aldeas han quedado cubiertas de polvo volcánico, que ha causado la muerte de gran parte del ganado.
Mons. Pidyarto Gunawan indicó a Asia News que Cáritas Indonesia ya viene trabajando para llevar ayuda a la población afectada “desde los dos centros de crisis ubicados en las parroquias María Reina de la Paz, de Lumajang, y María Asunta, de Tumpang”.
El responsable de las operaciones de ayuda y socorro, P. Nugie O. Carm, remarcó que la “atención está concentrada en aproximadamente mil personas que quedaron ‘aisladas en el subdistrito de Pronojiwo’”.
Las operaciones de rescate se han dificultado por la nueva actividad del volcán este lunes 6 de diciembre, y por el derrumbe del puente Gladak Perak que conecta las ciudades de Lumajang y Malang, dejando aisladas aldeas de Pronojiwo.
Indonesia es un país de constantes movimientos sísmicos y actividad volcánicam y se encuentra en la región conocida como el anillo de fuego del Pacífico. En 2018, un terremoto de magnitud 7.5 dejó más de 4,3 mil fallecidos.
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