El Obispo de Zipaquirá (Colombia), Mons. Héctor Cubillos Peña, expresó su “profundo dolor y su firme repudio” por el “grave maltrato” de un niño de nueve años en el Hogar Monserrate, administrado por las hermanas de la congregación Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y los Pobres, y manifestó la disposición de la diócesis para hallar la verdad y aplicar la justicia.
El Hogar Monserrate, que es independiente de la Diócesis, señala en su sitio web que es “una institución católica, que busca brindar asistencia, promoción y protección integral a niños y niñas en condición de riesgo o amenaza, a través de la orientación a familias, garantizando el adecuado desarrollo del derecho fundamental a la educación, la vivienda, la alimentación, la salud y el desarrollo integral”.
ACI Prensa intentó obtener una declaración de las religiosas pero hasta la publicación de este artículo no ha obtenido respuesta.
En un comunicado publicado por la Diócesis y por el sitio web del Episcopado colombiano el 21 de diciembre, el Prelado manifestó “en nombre de toda la comunidad diocesana y en su propio nombre el profundo dolor y su firme repudio por esta actuación en contra de un niño, menor de edad, afectado por estas acciones de grave maltrato y daño a la integridad personal”.
“Hechos como estos hieren seriamente la integridad de las personas y atentan contra su dignidad ocasionando heridas muy profundas no solo de orden físico sino también de orden espiritual y emocional muy difíciles de reparar”, lamentó.
En declaraciones a Caracol Radio, la tía del niño, Paola Morales, indicó que habían internado al menor en el Hogar Monserrate porque tenía “problemas de comportamiento y lenguaje, entonces nos recomendaron ese sitio y lo dejamos allá hace siete meses”.
Así, el 15 de diciembre lo recogieron porque iniciaba sus vacaciones. Sin embargo, “en horas de la noche el niño comienza a llorar, a gritar desesperado y a correr por toda la casa, se tocaba las partes íntimas, no se dejó ver de la mamá por lo que lo llevamos donde el tío, cuando lo revisaron vieron que tenía el pene más grande que el de un adulto, estaba hinchado”.
Inicialmente lo llevaron al hospital de Engativá, pero por la seriedad de las lesiones fue remitido al Hospital San José para niños.
Allí los médicos indicaron que el menor tenía una lesión grave “consecuencia de una tortura, llevaba diez días sin poder orinar y eso se debía a que le habían amarrado el pene para que no se orinara, eso también le provocó una infección en la vejiga”, explicó la tía.
Caracol Radio informó que la familia del niño hizo una denuncia formal en la fiscalía por el presunto maltrato. Además, la gobernación del departamento de Cundinamarca envió una comisión al hogar para inspeccionarlo.
Mons. Cubillos indicó en su comunicado que “esta dolorosa situación, además de tantas que a diario se producen, son un llamado a toda la sociedad, a sus instituciones civiles, sociales y religiosas y a cada uno en particular a emprender acciones de defensa, promoción integral y prevención para que estos hechos no se repitan”.
“El Obispo de Zipaquirá expresa al niño afectado y a sus familiares su honda solidaridad y cercanía en estos momentos de dolor por lo acontecido. Invoca de todos el rechazo a tan violento comportamiento y suplica del Señor Dios el consuelo y la fortaleza necesarios para que de esta deplorable situación renazca la fortaleza, el respeto y la solidaridad”.
El comunicado precisó luego que, “aunque ni el Obispo, ni la Diócesis son directamente responsables de los hechos por ser entidades independientes, la Diócesis y la congregación religiosa, en lo que respecta a la administración, la vigilancia y el desempeño de sus actividades y servicios, sí expresa a la opinión pública su disposición de colaborar en todo lo que se refiere al establecimiento de la verdad, la aplicación íntegra de la justicia y la realización de la reparación en el desarrollo de los procesos a cargo de las entidades encargadas de conducirlos”.
“Que la luz que brilló para todo el universo en la Navidad, alcance con su claridad de amor los corazones y la vida de todos los seres humanos de buena voluntad”, concluyó.
Fuente;www,aciprensa.com
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