Fray Nelson lanza canal de TikTok para compartir el Evangelio en latín

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

Fray Nelson Medina. Crédito: Facebook Fray Nelson Medina

Fray Nelson Medina, sacerdote dominico colombiano y doctor en Teología fundamental, lanzó una cuenta en TikTok en la que comparte el Evangelio diario en latín.

Con casi mil seguidores, este sacerdote conocido por su apostolado en redes sociales explica que lanzó este proyecto busca “ayudar a iniciar un proceso profundo de sanación de esa especie de herida que padece nuestra Iglesia Católica” ante la “no poca controversia en la Iglesia con respecto al uso del latín” en las últimas décadas.

En declaraciones a ACI Prensa, el fraile dominico recordó que “el latín es propio de nuestra historia de familia. No tiene entonces sentido menospreciarlo, odiarlo o verlo como una especie de corteza que forzosamente se cierra a la sana evolución doctrinal y pastoral”.

“Tampoco tiene sentido llegar casi al punto de la idolatría, como si la fe solo pudiera expresarse y celebrarse bien en esa lengua”, advirtió.

En ese sentido, dijo, “hace falta entonces una relación sana, más normal y natural con el latín así como con nuestro pasado entero”.

“Pido por ello que no se haga del latín una especie de ‘bandera’ contra el (Concilio) Vaticano II; pero que tampoco se le vea como una especie de ‘estorbo’ que no deja vivir lo pedido y mandado por el Vaticano II”, continuó.

“Insisto: busquemos una posición más sana, sencilla, natural con esta lengua que tanto le ha dado a la Iglesia en mucho más de mil años de su historia”, agregó Fray Nelson.

El Concilio Vaticano II fue el evento eclesial y mundial más importante del siglo XX. Lo impulsó el Papa San Juan XXIII para acercar a la Iglesia al mundo actual. Comenzó en 1962 y uno de sus resultados fue que la Misa comenzó a celebrarse en las lenguas de los fieles y ya no en latín.

En ese marco, dijo el sacerdote, “ofrezco un grano de arena: un canal de TikTok: @fraynelson_oficial Y lo que contiene ese TikTok es: el Evangelio del día (según el calendario nuevo) leído en latín”.

“Así de sencillo: alimento diario a partir de la Palabra de Dios. Es simplemente una invitación a recordar que nuestra fe no empezó hace 40 o 60 años”, dijo el sacerdote a ACI Prensa.

Explicó que quiere ofrecer “una oportunidad para degustar la bella cadencia del latín, sin grandes pretensiones. Un esfuerzo sencillo para integrar un poquito de latín en la vida cotidiana de miles de personas en muchos lugares del mundo”.
La “polémica” por el latín en la Iglesia

Fray Nelson identifica dos bandos enfrentados por el uso del latín en la Iglesia, uno al que llama tradicionalista y otro que sería el progresista.

El primero, explica, “en su versión más intensa, considera que todo se dañó con el Concilio Vaticano II. Ellos asocian y ven como una sola cosa: la desaparición del latín; la implementación del Vaticano II y la entrada franca de la herejía modernista en la Iglesia Católica”.

“Muchos de ellos consideran, de modo coherente con sus ideas, que la liturgia en latín es ‘más liturgia’ o incluso ‘la’ verdadera liturgia, y que celebrar siempre en latín, omitir (o atacar) al Vaticano II y aferrarse a la teología preconciliar son el único remedio útil en este momento”.

Fray Nelson refiere que “su actitud frente al Concilio los sitúa al borde o más allá del cisma, aunque solamente un porcentaje menor llega al extremo de negar del todo al Concilio y descartar consiguientemente a los Papas posteriores, hasta llegar a nuestro Papa Francisco”.

“La actitud de un número de estos tradicionalistas suele ser rígida y arrogante, con abundantes ironías y caricaturas. Son los que publican en redes sociales lo peor que encuentran de la otra postura, a saber: Misas que parecen discotecas y otras barbaridades semejantes”.

Fray Nelson dijo a ACI Prensa que “en el otro extremo tenemos al bando progresista, que en su versión más intensa, mira con desprecio todo lo preconciliar, cargándolo de adjetivos y acusaciones injustas y desmesuradas, algo así como si no hubiera habido evangelización, compasión o participación del pueblo en la expresión de la fe sino solo a partir del Concilio Vaticano II”.

“Este desprecio a la Tradición no se limita al latín sino que también se vuelve contra el uso del hábito religioso o la sotana; contra la enseñanza doctrinal que no sea lo que ellos leen o quieren leer en los textos conciliares; contra la moral tradicional, y muchas cosas más”.

Este bando, prosigue Fray Nelson, “ve la adaptación al mundo y sus actuales prioridades como algo sustancialmente bueno e incluso indispensable, y por ello trata como enemigos a quienes sostengan una posición diferente, que de inmediato tachan de anacrónica, inquisidora y falta de misericordia y sentido ‘pastoral’”.

En medio de esta dolorosa división, “que no se da siempre como la he descrito pero que tampoco se puede negar que existe, el Papa Benedicto XVI quiso proponer un camino de solución, en lo que atañe a la liturgia: facilitar la celebración legítima (siempre fue y es válida) de la Misa anterior a la reforma del Vaticano II (es decir, el Novus Ordo), de modo que se lograran dos cosas: que los tradicionalistas pudieran ver la mano extendida de la Iglesia que les acoge; y a la vez, que el latín, y en general la liturgia más tradicional, fueran parte viva de muchas comunidades católicas”.

“Según la apreciación del Papa Francisco, que yo comparto, este intento no produjo el fruto deseado. Más bien fue favoreciendo la conformación de un número no pequeño de comunidades bastante aisladas del resto de la Iglesia “.

En opinión de Fray Nelson Medina, estos grupos pueden caracterizarse por una o varias de las siguientes características: “Escepticismo o expreso rechazo al conjunto del Concilio Vaticano II, difusión de la idea de que la ‘auténtica’ liturgia es solamente la que se celebra en latín y según el modo anterior al Vaticano II; menosprecio, indiferencia o desconfianza hacia toda investigación teológica o iniciativa pastoral que pertenezca a este último periodo de la Iglesia, es decir de 1965 en adelante; y una actitud bastante frecuente de arrogancia o superioridad en línea con la idea de que ‘nosotros sí’ conocemos la doctrina, somos fieles a ella y celebramos la fe como se debe”.

Lo que siguió de este balance “hecho por el Papa Francisco fue el duro documento Traditionis Custodes (TC), que en la práctica limita, casi hasta el punto de la asfixia, las posibilidades de celebrar la fe católica según el uso anterior al Concilio. A la vez, y como consecuencia lógica, toma una actitud de distancia y casi diríamos de rechazo hacia la lengua latina”.

El documento Traditionis Custodes tiene como objetivo regular la celebración de la Misa en la forma extraordinaria o rito tridentino, es decir con el Misal de 1962.

Entre las principales disposiciones de este documento pontificio está que, en adelante, es el obispo quien autoriza la celebración de la Eucaristía con el Misal de 1962. Si el sacerdote que pide el permiso es ordenado luego de la publicación del motu proprio, entonces corresponde al Vaticano dar la autorización.

Se establece además que no se pueden crear nuevos grupos que celebren la Misa tridentina y que cualquier disposición que no se ajuste al motu proprio queda abolida.

Fray Nelson comenta que “TC no es (ni pretende ser) el capítulo último de esta historia; pienso además que a todos nos compete favorecer la unidad de fe, de caridad y de acción dentro de nuestra Iglesia”.

En ese sentido, “creo con sencillez que es posible abrir caminos hacia otro enfoque, un modo distinto de abordar este conjunto de situaciones complejas”, con lo cual ofrece su canal de TikTok con el Evangelio diario en latín que espera “sea para bien de todos y especialmente: sea para gloria de Dios”.

Puede ingresar al canal de TikTok de Fray Nelson en este enlace https://www.tiktok.com/@fraynelson_oficial?lang=es


Fuente:www.aciprensa.com

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