¿Por qué el anillo de matrimonio va en el dedo anular? Aquí la respuesta

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa

Imagen referencial. Crédito: Jeongim Kwon / Unsplash.

El P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, de la diócesis española de Getafe, compartió una reflexión sobre el significado e importancia de usar el anillo de matrimonio en el dedo anular, que puede ser considerado “el dedo débil”, pues “ni siquiera puede levantarse solo”.

A través de Twitter, el P. Bronchalo indicó que mientras otros dedos pueden tener utilidades como decir que todo está bien o señalar, “el dedo anular no sirve para nada. Bueno… sirve para una cosa”.

Ese dedo, destacó, sirve “para que los esposos lleven los anillos que se entregan el día de la Boda. ¿Y por qué en este dedo? ¡Porque es el dedo débil! Ni siquiera puede levantarse solo. De hecho ‘anular’ tiene que ver etimológicamente con ‘anulado’”.

El sacerdote español precisó que “los anillos de Matrimonio se ponen en ese dedo para que no se les olvide a los esposos que es en la debilidad donde más necesitan amarse. Ahí es donde todos necesitamos que nos quieran”.

“Quien nos quiera poco nos querrá solo por lo positivo: por ser fuertes, simpáticos y generosos. ¿Pero quien nos quiere por nuestras miserias, por nuestras debilidades, por nuestros defectos? Solo quien nos quiera de verdad”, indicó.

El P. Bronchalo subrayó que “el Matrimonio es para toda la vida, por eso es muy serio. Quererse toda la vida requiere aprender a amar al otro en la debilidad”.

“¿Recordáis las palabras que pronuncian los novios delante del cura en el momento en que se convierten en esposos?”, cuestionó, recordando a continuación las palabras: “Yo, N, te recibo a ti, N, como esposo/a y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida”.

El sacerdote resaltó que “amar es aprender a recibir al otro y aprender a entregarse para que el otro te reciba. En la fortaleza y en la debilidad. Cuando esto se da la cosas van bien. Cuando una parte falle la cosa se complica”.

“Necesitamos profundizar cada vez más y madurar la forma de amarnos”, expresó.

El P. Bronchalo reiteró que “el Matrimonio es una Alianza para siempre, en lo próspero y en lo adverso”.

“¿Sabes el nombre que se le da a los anillos de boda? Exacto. Alianzas”, recordó.

“Me gusta decir a los esposos que cuando tengan una dificultad y les cueste quererse se miren el anillo. Y que cuando haya un problema se pidan perdón (pronunciando la palabra) y además se besen mutuamente el dedo anular con el anillo en señal de veneración y amor”, dijo.

El sacerdote español precisó que “la debilidad propia nos va a acompañar toda la vida. Nuestra condición humana es débil, esto requiere aceptación. Y por supuesto la ayuda de Dios, a quien el día de la Boda se le pidió su ayuda”.

“Dios no nos quiere por fuertes, nos quiere por débiles, justo como necesitamos”, indicó.

“Eso sí, tampoco vale excusarse en que se es débil para no cambiar. Cambiar y convertirse de lo negativo es un signo de amor al otro”, señaló.

El P. Bronchalo destacó que “el amor es apasionante, pero requiere firmeza en el amor, y el amor firme es el que aprende a aceptar la debilidad propia y a amar la de la otra persona”.

“Así es posible que el amor sea para toda la vida. Enseñemos esto a los jóvenes. Matrimonios: sed luz”, alentó.

Al finalizar su reflexión, el sacerdote de la Diócesis de Getafe pidió oraciones y señaló que “si Dios quiere la temática del nuevo libro va a ser la de este hilo. Así que especialmente me encomiendo a vosotros para llevarlo adelante. La Paz”.


Fuente:www.aciprensa.com

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