Redacción ACI Prensa
Foto referencial. Crédito: Unsplash
Una diócesis de la Iglesia Católica en Alemania ha autorizado a una mujer trans, que se identifica como hombre, para que enseñe la asignatura de Religión a los niños de una escuela.
“Puedo confirmar que el Sr. Theo Schenkel ha recibido una licencia permanente de enseñanza para la educación religiosa católica en escuelas estatales”, dijo un vocero de la Arquidiócesis de Friburgo a CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI, este 7 de abril.
Dado que según el Código de Derecho Canónico, la maestra que se identifica como hombre no puede recibir la Missio Canonica (aprobación y envío) del obispo para enseñar religión católica, la Arquidiócesis indicó que ha emitido para la profesora trans “un permiso ilimitado para la enseñanza”, firmado por el vicario general.
La Arquidiócesis y la autoridad educativa estatal consideran este permiso como suficiente para Schenkel, según indicaron medios locales.
Sin embargo, este caso podría generar otros problemas, considerando que de acuerdo a medios alemanes, Schenkel tendría la intención de casarse con su pareja mujer, lo que resultaría en un matrimonio del mismo sexo.
La maestra trans comenzó a estudiar francés y catolicismo cuando todavía vivía como una mujer heterosexual y estaba en una relación con un hombre.
En un correo electrónico enviado como respuesta a CNA Deutsch, la Arquidiócesis de Friburgo indicó que la decisión del permiso para que Schenkel enseñe religión se tomó solo para su caso específico.
A la pregunta sobre si esto es congruente con el derecho canónico y las regulaciones de empleo, la Arquidiócesis dijo a CNA Deutsch que “las leyes de trabajo en la Iglesia están siendo revisadas por los obispos alemanes”.
Varias diócesis católicas en Alemania ya han anunciado que no impedirán que personas que se identifiquen como LGBT (lesbianas, gays, bisexuales o transexuales) trabajen en la Iglesia.
El anuncio siguió al desafío de varios obispos y sacerdotes en mayo de 2021 en el que, pese a la orden del Vaticano, se procedió a bendecir a parejas del mismo sexo en distintos lugares de Alemania.
También siguió a la campaña “Out in Church”, una iniciativa apoyada con un documental transmitido en el horario de mayor audiencia en Alemania, en el que una de las personas que aparece es la maestra trans que se identifica como hombre, Theo Schenkel.
La campaña recibió también el apoyo de la Conferencia Episcopal Alemana con un video grabado por Mons. Helmut Dieser, Obispo de Aachen.
Con esta campaña también se publicó un manifiesto que exigía, entre otras cosas, “un cambio en la discriminatoria ley de trabajo de la Iglesia”.
En febrero de este año, los participantes del polémico Camino Sinodal, un proceso de varios años al que asisten obispos y laicos, y que alienta cuestiones contrarias a la doctrina católica, votaron a favor de un borrador que pide la bendición de parejas homosexuales y la revisión de la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad.
Ese mismo mes, el Cardenal Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo, dijo que “el fundamento científico-sociológico” que indica que los actos homosexuales son inmorales “ya no es correcto”; y llamó a “una revisión fundamental de la doctrina de la Iglesia” y “un cambio de doctrina”.
El Cardenal Hollerich, presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) y relator general del Sínodo de los Obispos, hizo estas afirmaciones en una entrevista con la agencia de noticias alemana KNA.
El Catecismo de la Iglesia Católica, descrito por el Papa San Juan Pablo II como “una norma segura para la enseñanza de la fe”, se refiere a la homosexualidad en los numerales 2357, 2358 y 2359.
En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.
La homosexualidad como tendencia es “objetivamente desordenada” y “constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba”.
Apoyada en la Sagrada Escritura, la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, “no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual” y por tanto “no pueden recibir aprobación en ningún caso”.
“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad” y “mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana”.
Fuente:www.aciprensa.com
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