POR GISELLE VARGAS | ACI Prensa
Mons. Héctor Aguer. Crédito: Radio Grote.
Al celebrar 30 años de ordenación episcopal, el Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, destacó el papel de la Virgen María en su camino: “estoy aferrado a su Rosario”.
Mons. Aguer celebró el 6 de abril 30 años de ordenación episcopal con una Misa celebrada en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires.
La Eucaristía fue concelebrada por el Primado de la Argentina y Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Poli, y otros seis obispos.
“No puedo omitir el papel de la Santísima Virgen María en mi vida episcopal. Estoy aferrado a su Rosario”, expresó Mons. Aguer, que permaneció en silla de ruedas durante la celebración.
“Puedo resumir lo que he recibido de Ella haciendo referencia a los dos modelos de la iconografía oriental que suscitan mi devoción y que me gustan especialmente. Ella es la Hodigitria, la que señala el Camino. Con su brazo izquierdo sostiene al Niño, y con su mano derecha lo muestra; en efecto, Ella ahora nos indica a Cristo como Aquel a quien debemos seguir, así como nos los mostrará dichosamente ‘después de este destierro’, según lo pedimos al rezar la Salve”, expresó.
“El otro modelo es la Eléusa, la Madre de la misericordia y la ternura, que estrecha a Jesús contra su mejilla. De ese modo, María, con su cercanía y su cariño alivia nuestros pesares, y nos consuela en los momentos difíciles”, agregó.
Mons. Aguer además recordó a la Virgen de Luján, quien “no ha dejado mensajes, nunca ha dicho nada, no dice nada. Está allí para que la miremos; no dice nada con palabras, pero ciertamente habla al corazón”.
Además de expresar su gozo y gratitud, el Arzobispo Emérito de La Plata también pidió “perdón, por todo y a todos; singularmente a aquellos a quienes pude haber ofendido o perjudicado”.
Al recordar el momento de la consagración como Obispo en 1992, dijo que vivió con “intensidad lo que se realizaba en mí”, pero “al cabo de tres décadas de ejercicio de la misión episcopal, con recta intención y deseo de agradar al Señor, puedo reconocer ahora la verdad teológica que se encierra en el concepto de sucesión apostólica”.
“No se me oculta que me encuentro todavía lejos de vivir en plenitud esa dimensión espiritual, realización vital de aquella verdad teológica”, sostuvo Mons. Aguer.
Al finalizar la Misa, Mons. Aguer recibió durante casi una hora el saludo de los asistentes, entre sacerdotes y fieles.
Mons. Héctor Rubén Aguer nació en Buenos Aires el 24 de mayo de 1943; fue ordenado sacerdote el 25 de noviembre de 1972, en Buenos Aires.
Fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires el 26 de febrero de 1992 por Juan Pablo II; y ordenado Obispo el 4 de abril de 1992, en la catedral de Buenos Aires por el Cardenal Antonio Quarracino, Arzobispo de Buenos Aires.
Fue Arzobispo Coadjutor e inició su ministerio pastoral por sucesión, como séptimo Arzobispo de La Plata el 12 de junio de 2000.
El Papa Francisco aceptó su renuncia por límite de edad, a los 75 años, el 2 de junio de 2018.
Mons. Aguer es licenciado en Teología por la Universidad Católica Argentina.
También es académico honorario de la Pontificia Academia Santo Tomás de Aquino, académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro de la Academia Provincial de Ciencias y Artes de San Isidro, gran prior para la Argentina de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, capellán conventual ad honorem de la Soberana Orden Militar de Malta.
En la actualidad reside en el hogar sacerdotal de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
Etiquetas: Argentina, Mons. Héctor Aguer, ordenación episcopal, Arzobispo Emérito, Arquidiócesis de La Plata
Fuente:www.aciprensa.com
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