POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
Imagen referencial. Crédito: Luis Galvez / Unsplash.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó este 28 de abril su preocupación frente a las amenazas que acechan en México contra contra la vida de las mujeres y los más débiles.
En un comunicado difundido en el marco de la 112 Asamblea Plenaria de la CEM, los obispos mexicanos señalaron las amenazas “a la dignidad humana y los valores de la familia, la vida, la libertad de expresión, la democracia, la educación y la hospitalidad solidaria, y en medio de la violencia, la injusticia y la impunidad imperantes”,
Esta situación, indicaron, afecta “sobre todo a los pobres, los migrantes, las mujeres y los más débiles”.
Sin embargo, subrayaron, la esperanza en Cristo Resucitado impulsa a los católicos a seguir “luchando por la paz, la justicia, la tolerancia, la solidaridad y el diálogo”.
Los obispos mexicanos resaltaron que “la presencia de Cristo, el Crucificado–Resucitado, infunde siempre confianza y esperanza”.
“Confianza no solo por su asistencia, que nos garantiza el triunfo sobre el pecado y la muerte, sino también por la que ha depositado en nosotros para continuar su obra”, indicaron.
“Y la esperanza de que ninguna realidad, por más difícil, dolorosa o compleja que sea, tiene la última palabra, y nos abre siempre a la posibilidad de que con nuestra existencia, vivida según el Corazón de Cristo, se siembren las semillas del Reino”, añadieron.
Los obispos animaron luego a los fieles católicos “a descubrir la esperanza más allá las características propias de nuestra época de cambios”.
“Nosotros nos atrevemos a afirmar, con nuestra mirada en el Resucitado, que ni la cultura de la muerte, ni la violencia, ni la mentira, ni el mal, tendrán la última palabra”, expresaron.
La CEM destacó también “las profundas raíces culturales y religiosas que nos dan identidad como pueblo mexicano, fruto maduro del testimonio coherente de muchos discípulos misioneros a lo largo de quinientos años de evangelización, y de la presencia de María de Guadalupe, que nos ha traducido el Evangelio de Jesucristo, con gran ternura y con una voz muy amable: ‘¿No estoy yo aquí que soy tu madre?’”.
Los obispos pidieron además “evitar realizar lecturas unilaterales de los tiempos que vivimos, las cuales abonan a la polarización: los de arriba, los de abajo; los de antes, los de ahora; los buenos, los malos”.
“Frente a tiempos complejos, es necesaria una audacia nueva y la lucidez de los creyentes, fija la mirada en el Príncipe de la Paz”, señalaron.
Fuente:www.aciprensa.com
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