Redacción ACI Prensa
El P. Bill Kuchinsky celebró la Misa fúnebre de los 115 bebés abortados hallados en Washington DC el 1 de abril de 2022. | Crédito: Cortesía del P. Bill Kuchinsky
Un sacerdote de West Virginia (Estados Unidos) habló públicamente sobre la celebración de una Misa fúnebre y entierro digno para más de 100 bebés abortados que los activistas provida dicen haber rescatado fuera de una clínica de abortos en Washington DC.
“Yo mismo enterré a los bebés”, reveló en una entrevista con CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– el P. Bill Kuchinsky, de 62 años, un antiguo defensor de los no nacidos que también dirige el ministerio de prisiones católicas para todo el estado de West Virginia.
El presbítero se negó a revelar dónde fueron enterrados los restos y solo dijo que fue en un lugar privado.
“Están en un lugar pacífico y estarán bien cuidados”, dijo el P. Kuchinsky, y añadió que eventualmente se agregará una “lápida adecuada”. “Tienen una gran estatua del Inmaculado Corazón de María mirando directamente sobre ellos por ahora”, dijo.
CNA también descubrió que el Obispo de Wheeling-Charleston, Mons. Mark Brennan, apoya plenamente las medidas que tomó su sacerdote para garantizar que los restos de los bebés fueran tratados con respeto.
“La Misa del P. William Kuchinsky y el entierro de alrededor de 100 niños abortados en un centro de aborto de Washington DC, siguen una larga tradición cristiana de practicar la obra de misericordia corporal por los muertos, honrando sus restos físicos y enterrándolos con amor”, dijo Mons. Brennan en un comunicado enviado a CNA el 19 de abril.
“Apruebo plenamente las acciones solidarias del P. Kuchinsky. Nos recuerdan que estos eran niños humanos reales, no cosas sin vida, hasta que les quitaron la vida injustamente”, agregó el Obispo.
Las activistas Lauren Handy y Terrisa Bukovinac del grupo Progressive Anti-Abortion Uprising (PAAU) revelaron a la prensa el 5 de abril que obtuvieron 115 bebés abortados de un conductor de una empresa de desechos médicos en las afueras de Washington Surgi-Clinic el 25 de marzo, con la intención de dar a los bebés un funeral y entierro dignos.
Cinco de los bebés, que parecen tener una gestación tardía, fueron localizados y recogidos por el Departamento de Policía Metropolitana el 30 de marzo. PAAU indicó que hizo arreglos para que la policía de Washington DC recogiera y examinara a los bebés, por temor a que sus heridas pudieran ser pruebas de abortos ilegales.
En una conferencia de prensa del 5 de abril, Handy, quien se identifica como católica, dijo que las 115 víctimas recibieron una Misa fúnebre y que los 110 bebés que no estaban bajo custodia policial fueron enterrados “en un cementerio privado por un sacerdote”.
Si bien el sacerdote permaneció sin nombre en ese momento, el P. Kuchinsky se identificó al poco tiempo.
Durante el entierro de los bebés, el presbítero dijo que recitó un responso, bendijo la tumba y colocó un crucifijo sobre ella, marcando dónde yacen.
“Profundamente honrado”' de estar involucrado
El P. Kuchinsky dijo que Handy lo contactó por primera vez el día que recibió a los bebés, el 25 de marzo. Cuando le devolvió la llamada, luego de dos días, se enteró de los restos de los bebés abortados.
“Ella me pidió que fuera a ofrecer oraciones por los bebés en su apartamento donde los pequeños estaban guardados en el refrigerador. Ella dijo que sería bueno”, dijo.
El P. Kuchinsky dijo que conoció a Bukovinac, una atea, en el departamento de Washington DC donde se llevó a cabo la Misa fúnebre el 28 de marzo. No obstante, conoce a Handy del trabajo provida desde aproximadamente siete años.
“Me sentí profundamente honrado de que ella confiara en mí en el apostolado del funeral y el entierro”, comentó.
El P. Kuchinsky dijo que sugirió celebrar una Misa fúnebre cuando llegó al apartamento. Asistieron ocho defensores de la vida, incluidos Handy y Bukovinac. Cuatro de los ocho eran católicos.
“Hubo un gran sentido de reverencia a lo largo de nuestro tiempo juntos. Era casi palpable”, dijo.
El P. Kuchinsky dijo que vio a los bebés dentro del refrigerador en el apartamento. “Se me abrió la puerta para verlos, pero no los miré de cerca para examinar sus restos mortales. Vi los contenedores más grandes con los cinco bebés mayores y muchas copas pequeñas para dentaduras postizas que contenían los restos de los no nacidos abortados en el primer trimestre. Estaban apilados ordenadamente junto a los restos más grandes y en la puerta del refrigerador”, recordó.
“En ese momento”, agregó, “realmente no tenía ganas de mirar más de cerca a estos pobres niños” porque se estaba preparando para la Misa.
El P. Kuchinsky dijo que fue la primera Misa fúnebre que recuerda haber celebrado fuera de una iglesia. Explicó que adaptó ligeramente las oraciones porque había 115 niños en lugar de uno. Recordó haber visto “muchas lágrimas” ese día.
“Estos bebés fueron amados por los presentes”, dijo el sacerdote. El entierro, agregó, tuvo lugar el 1 de abril.
“Sentí una obligación con ellos”
El sacerdote dijo que en esta circunstancia no había tiempo para buscar un “permiso especial” de su diócesis. “Creo que, como sacerdote, esos permisos, las facultades, eran míos para usarlos en beneficio de las almas y los fieles”, dijo a CNA.
El P. Kuchinsky dijo que tenía algunas dudas sobre las implicaciones legales del entierro privado, pero siguió adelante porque su “principal preocupación” era que los restos fueran tratados con dignidad.
“Recordé que se trataba de bebés que fueron asesinados y llevados para quemarlos, posiblemente para obtener energía, como 'desechos médicos'”, escribió en un correo electrónico.
“Sentí una obligación con ellos, con Dios y con la humanidad, de asegurarse de que tuvieran un entierro adecuado”, sentenció.
Exponiendo la 'realidad' del aborto
El P. Kuchinsky dijo que quiere que la gente sepa ante todo que estos bebés “son amados por Dios” y que “Jesús desea perdonar, salvar y sanar a aquellos que han elegido matar a sus bebés”.
El sacerdote también dijo que está rezando para que más personas descubran lo que hay detrás de la industria del aborto, la cual “quita la vida de la manera más espantosa a un ser humano”, escribió en un correo electrónico enviado a CNA.
También comentó que reza para que los bebés, y las fotos de ellos, “puedan ayudar a despertar a la gente sobre las atrocidades que se cometen miles de veces al día, para que podamos elegir la vida”.
Una investigación pendiente
Desde el descubrimiento de los restos de los cinco bebés, los legisladores han enviado varias cartas y los grupos provida han realizado mítines pidiendo una investigación completa y autopsias de los cuerpos de los bebés.
El alcalde no ha dado indicios de que la ciudad tenga la intención de realizar la autopsia de los restos. En lugar de abordar las preocupaciones sobre el abortista, sugirió que Handy pudo haber violado la ley federal.
Si bien la policía de Washington DC dijo anteriormente que los cinco bebés fueron abortados de acuerdo con la ley de DC, los líderes provida están preocupados de que los abortos pudieran haber violado la legislación federal que prohíbe el asesinato de bebés fuera del útero.
El Departamento de Policía Metropolitana le dijo a CNA que no habría actualizaciones con respecto a su investigación hasta el lunes. CNA también se ha puesto en contacto con Washington Surgi-Clinic varias veces, pero no ha recibido respuesta.
La oficina del médico forense de Washington DC está dirigiendo todas las preguntas a la oficina del alcalde, que no ha respondido a las múltiples solicitudes de comentarios de CNA.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
Fuente:www.aciprensa.com
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