Cruz Roja, situación humanitaria en Gaza al límite tras ataque en Rafah

Convoy humanitario en la Franja de Gaza. (AFP or licensors)

La guerra y las privaciones hacen insoportable incluso la supervivencia de los civiles de Gaza, a los que la ayuda internacional llega a cuentagotas: este es el dramático testimonio del portavoz de la Federación Internacional de la Cruz Roja, que desde el comienzo del conflicto ha contabilizado la pérdida de «24 colegas, mujeres y hombres de la Media Luna Roja Palestina y de la Estrella de David Roja en Israel».

Marco Guerra - Ciudad del Vaticano

Los pasos fronterizos cerrados, el desplazamiento de la logística de la ayuda humanitaria según las zonas afectadas por los combates, los continuos bombardeos y la imposibilidad de evacuar a los refugiados a zonas seguras. El portavoz de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Tommaso Della Longa, ofrece una instantánea dramática y actualizada de la emergencia humanitaria en el interior de la Franja de Gaza.
La operación en Rafah complica las labores de asistencia

De hecho, la Cruz Roja sigue en la primera línea en el frente de la ayuda ocho meses después del inicio del conflicto, que estalló tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre. Y la situación empeora por momentos. Millones de palestinos no tienen ningún lugar seguro donde quedarse y tienen difícil acceso a la asistencia sanitaria, los alimentos y el agua, explica Della Longa, «hay una situación de violencia continua, en la que la pregunta que se hace todo el mundo es: ¿qué nos pasará al minuto siguiente?». El portavoz de la Cruz Roja confirma que lo que empeoró todo fue el inicio de la operación en Rafah y la consiguiente dificultad para acceder a la ayuda humanitaria.


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Las consecuencias del cierre de Rafah

«La ayuda humanitaria llega prácticamente a cuentagotas, estamos hablando de unas pocas docenas de camiones que tienen acceso desde los pasos del norte y del este porque el paso principal, que era Rafah con Egipto, está ahora cerrado», informa además Della Longa. Es bueno recordar -continúa- que Rafah no sólo era el principal punto de entrada, sino también el corazón palpitante de la logística y de todo tipo de actividades humanitarias dentro de la Franja de Gaza. Antes, en efecto, la inmensa mayoría de los refugiados residía en Rafah, después del ataque se trasladaron. Es una repetición de la dinámica de la guerra, explica Della Longa: “Si pensamos en un terremoto, inmediatamente después hay campamentos de tiendas de campaña y hospitales de campaña, mientras que en Gaza, desde el comienzo de este conflicto, no existe nada de esto, porque no hay seguridad, porque es imposible planificar cualquier tipo de operación humanitaria, no hay seguridad ni siquiera para los trabajadores humanitarios”.



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El sacrificio de la Cruz Roja

La seguridad de los trabajadores de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja es un capítulo aparte en el que Della Longa quiere centrarse. «Tenemos relatos desgarradores de colegas de la Media Luna Roja Palestina que han sido desplazados cinco, seis, siete veces y que, cuando se visten por la mañana, para ir a una ambulancia o a un puesto médico avanzado, no saben dónde irán a dormir por la noche, porque todo depende de los combates». Desde el comienzo del conflicto «hemos perdido a 24 colegas, mujeres y hombres de la Media Luna Roja Palestina, la Estrella de David Roja de Israel: 19 en la Franja de Gaza, uno en Cisjordania y cuatro en Israel».
Proteger a los trabajadores humanitarios

A esto hay que añadir las historias de paramédicos que tienen que llevar en sus ambulancias a personas que luego descubren que son sus hijos, hermanos o sobrinos asesinados por una bomba o en los combates. «Estas mujeres y estos hombres, en lo que a mí respecta, son el icono de la humanidad, desde el comienzo del conflicto nunca han dejado, las 24 horas del día, de ofrecer ayuda de cualquier forma posible». El portavoz de la Cruz Roja concluye reiterando las mismas reivindicaciones que viene haciendo desde hace meses: «El conflicto debe terminar, pero mientras tanto deben crearse las condiciones para proteger y respetar a los civiles, al personal sanitario, a los hospitales y a las ambulancias».

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VCredito:www.vaticannews.com

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