La Sierva de Dios María Esperanza de Bianchini con la Madre Angélica, en los estudios de EWTN en Birmingham, Alabama (Estados Unidos) en 1994. | Crédito: Movimiento de Espiritualidad Betania.
Por Andrés Henríquez
En el Santuario mariano de Betania, a pocas horas de Caracas, la Iglesia Católica en Venezuela ha reconocido que la Santísima Virgen se apareció, en múltiples ocasiones, a la Sierva de Dios María Esperanza de Bianchini, entre 1976 y 1984. Desde entonces, este lugar se ha convertido en un centro de peregrinación muy importante para el país, al que miles de personas acuden cada año.
En una entrevista con ACI Prensa, el P. Antonio Rivas, rector del santuario, remarcó la importancia del mensaje que trajo la Madre Dios, que gira en torno a la reconciliación y la paz, especialmente en este tiempo difícil para Venezuela y el mundo entero.
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“Su mensaje irrumpe en nuestra realidad. Como cristianos y como venezolanos necesitamos reconciliarnos, necesitamos encontrarnos con el hermano que se ha perdido, necesitamos escuchar un mensaje de esperanza y perdonarnos todos como pueblo y nación. Así que es súper novedoso y nos invita a reconciliarnos, a amarnos y a buscar la unidad entre todos”, expresó.
La gruta de las apariciones en el Santuario de Betania. En el lugar corre un cascada desde la montaña, de la que los peregrinos pueden servirse. Crédito: Andrés Henríquez/ACI Prensa.
El P. Rivas recordó que las apariciones en Betania fueron aprobadas en 1988 por el entonces Obispo de Los Teques, Mons. Pío Bello Ricardo, quien en una Carta Pastoral —luego de una extensa investigación— declaró que las apariciones son auténticas, tienen carácter sobrenatural y son de origen divino.
Cabe recordar que este año, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó nuevas normas para el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, que determinan que la declaración de sobrenaturalidad será excepcional y quedará reservada al Papa.
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Desde 1988, la Finca Betania empezó a ser considerada como lugar sagrado y a ser tenida como meta de peregrinación, de oración, reflexión y culto de acuerdo a las normas de la Iglesia Católica.
Además, en 1991, en el santuario tuvo lugar el único milagro eucarístico registrado en Venezuela y uno de los pocos de América Latina.
El rector explicó además que la espiritualidad del santuario se enmarca en una realidad muy importante: la vida sacramental, que es vivida intensamente por los peregrinos que acuden al lugar. “La gente viene a confesarse muchísimo. Mucha gente que tiene 50 o 60 años sin hacerlo, se acercan a recibir el perdón de Dios”, resaltó.
Apariciones de la Santísima Virgen a María Esperanza de Bianchini
La Sierva de Dios María Esperanza de Bianchini nació en la localidad venezolana de Barrancas del Orinoco, ubicada a orillas del río, el 22 de noviembre de 1928. Desde muy joven dio muestras de una profunda espiritualidad. El 16 de julio de 1937, María Esperanza recibió su Primera Comunión. A partir de ese momento comenzó a asistir diariamente a la Misa para recibir la Eucaristía con gran fervor.
A los 10 años se muda a Caracas y dos años más tarde la Santísima Virgen se le presenta por primera vez. La Madre de Dios le habló entonces de su misión: “Ayúdame a salvar este mundo que se pierde”.
Detalle de la imagen de "María, Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones” en el lugar de las apariciones. Crédito: Movimiento de Espiritualidad Betania.
A lo largo de su vida ella siempre tuvo profundos deseos de ser religiosa. Llegó a vivir un tiempo con las Hermanas Franciscanas de Mérida, en los andes venezolanos, pero en 1954 el Cielo le reveló que su vocación no era la vida consagrada: “Tú te santificarás en el mundo como esposa y madre de familia llevando mi mensaje”, le comunicó el Sagrado Corazón de Jesús.
El 8 de diciembre de 1956, se casa con Geo Bianchini Giani en Roma, en la Capilla del Coro de la Inmaculada Concepción de la Basílica de San Pedro. Juntos tendrán 7 hijos: 6 niñas y 1 niño, con los que regresarán a Venezuela después de algunos años.
En sus mensajes a María Esperanza, la Virgen le describió una tierra en el centro-norte del país donde se haría presente y en donde había una vieja casa, un trapiche, siembra de caña de azúcar y de café, y una gruta de aguas cristalinas. En 1974, el matrimonio encuentra este lugar —Finca Betania— y deciden comprarlo.
La Sierva de Dios María Esperanza de Bianchini junto a su esposo, Geo Gianchini, y sus 7 hijos. Crédito: Movimiento de Espiritualidad Betania.
Así, el 25 de marzo de 1976 la Santísima Virgen se le apareció por primera vez allí. Las manifestaciones se prolongarían hasta el 25 de marzo de 1984. La aparición se identificó a la Sierva de Dios como “María, Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones”.
Aquel 25 de marzo de 1984, la Madre de Dios fue vista por todos los presentes —alrededor de 150 personas— que transmitieron su testimonio a Mons. Bello. María Esperanza falleció en 2004. Desde entonces, sus 7 hijos se encargan de propagar la devoción a la Virgen de Betania, quien también revelaría que aquel lugar se convertiría en uno de “oración y peregrinación permanente” para el pueblo de Venezuela y luego para todas las naciones del mundo. Sería conocido como “el Lourdes de América”.
El 31 de enero de 2010 se abre su causa de Canonización en Nueva Jersey (Estados Unidos).
“Siempre pensé que mi mamá era la única que la podía ver”
María del Carmen Bianchini es una de las hijas de la Sierva de Dios, y formó parte de las 150 personas que se encontraron cara a cara con la Virgen, el 25 de marzo de 1984. “Siempre pensé que mi mamá era la única que la podía ver, o algunas personas especiales”, afirmó en una conversación con ACI Prensa.
Siendo una adolescente, Bianchini recuerda aquel día con suma claridad. “Yo estaba tan feliz, aquello era una confirmación de toda esa vida espiritual que vivimos con mi mamá”, señaló. Hoy, junto a sus hermanos y el resto de su familia, se encarga del funcionamiento del santuario y la difusión de la devoción a las apariciones.
La Sierva de Dios venezolana María Esperanza de Bianchini. Crédito: Movimiento de Espiritualidad Betania.
Aquel día la Virgen se dejó ver 7 veces en un lapso de aproximadamente 3 horas, durante la tarde. Mons. Bello entrevistó personalmente a todos los testigos y dedicó más de 500 horas a la investigación, incluyendo un viaje especial a Roma para recibir instrucciones de San Juan Pablo II y luego comunicadas al entonces Cardenal Joseph Ratzinger.
“Fue como un regalo. A veces me preguntan si mi vida cambió a raíz de ello y realmente nuestra vida ha estado siempre al lado del Señor. Nuestra vida familiar fue siempre el rezo del Rosario y cumplir con los sacramentos. Siempre fuimos guiados a cumplir con la Iglesia, a amar y respetar a los sacerdotes y las monjas, siempre nuestra vida fue esto. Desde ese momento empezó a venir muchísima gente”, concluyó Bianchini.
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Andrés Henríquez
Soy escritor para ACI Prensa y corresponsal de EWTN desde 2023. Desde entonces, cubro acontecimientos de la Iglesia Católica en Venezuela y en América Latina. Tengo más de 5 años de experiencia en medios de comunicación bilingües. Además, en Venezuela he trabajado con organizaciones no gubernamentales en pro de la libertad y el respeto de los derechos humanos en el país. Soy miembro de la Federación Regnum Christi desde 2014.
Credito:www.aciprensa.com
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